Niña de Mami Y Papi

O C H O

-POV Kim TN-

Me agaché para recoger el collar del suelo y verlo roto. Empecé a llorar aún más al recordar a mi abuelita. Ella me habría aconsejado perfectamente, pero ya no está. Escuché pasos venir a mi habitación y, por los calcetines, supe que era Namjoon.

—¿Qué ha pasado? — preguntó confundido.

—Jung Kook... Me ha roto el collar.

Miré la cadenita rota entre mis manos, y llevé este mismo hacia mi pecho, abrazandolo con todas mis fuerzas. La hecho mucho de menos..

Namjoon se agachó a mi altura y me abrazó fuerte.

—Lo siento mucho... Todo esto es culpa mía. —asentí dándole la razón.

Él, con cuidado, me quitó el collar de las manos, y lo miró detalladamente.

—Lo mandaré arreglar, tranquila, ¿Sí?

Después de eso, él me curó el labio, e insistió en que le contase toda la verdad, así que, de nuevo, tuvimos una charla seria.
Le conté todo, y cuando digo todo, es todo. Le conté que, desde la primera vez que vi a Jung Kook, me llamó la atención, y como siempre venía a casa, me terminé enamorando de él.

—¿Y por qué no te declaras?

—Me tiene asco. — frunció el ceño.

—¿Asco? ¿Asco de qué?

—Piensa que soy una niña mimada, y eso le repele.

—Eso es imposible. Le gustabas de pequeño.

—¿Qué? ¿En serio? — lo miré esperanzada.

Si ya le gusté una vez... Puede que, si le pido una oportunidad, me conozca mejor y podamos ser amigos, le guste otra vez.

—Sí. Recuerdo que estaba súper obsesionado contigo, hasta que un día cambió radicalmente, no sé qué sucedió.

—¿Te acuerdas de aquella vez que papá me regaló un montón de libros?

—Sí.

—Fue esa vez. Pero no es sólo Jung Kook, todos tus amigos piensan que soy una creída de mamá y papá. Bueno, excepto Yoongi.

—¿Qué? Pero si cuando estás con nosotros.. te hablan bien.

—Lo sé, pero eso es una máscara. Cuando no estás... Digamos que no me tratan de lo mejor.

—Hablaré con ellos.

—¡No! No... Eso solo aumentará su odio contra mí. No te metas, por favor.

—Soy tu hermano mayo...-

—Nam, por favor.

—Bueno, está bien. Pero que no se te salga de las manos.

—No pasará.

—Solo una pregunta más... ¿Por qué estás en brasier? — reí a carcajadas.