T R E C E

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—Mhm... Nena... — susurró el chico sobre mis labios.

Sus rojos y húmedos labios, estaban presionados contra los míos, de una manera deliciosa que me hacía querer besarlo hasta las seis de la mañana. Su cuerpo lo ayudaba a presionarme contra la pared de aquella sala llena de personas, y sus manos en mi cintura mantenían el poder de mi cuerpo en sus manos.
Por mi parte, tenía mi brazo derecho sobre su hombro, ya que mi mano derecha estaba ocupada por una lata de cerveza.

Todo esto fue desembocado al no poder contener más el dolor de ver a Jungkook besándose con otras chicas. Y sí, chicas, en plural. Además de que está saliendo con Tatiana, lo que hizo que lo que estaba haciendo estuviera aún peor. Pero ese no es mi problema, ¿Verdad? Pues ya está, paso de provocarme dolores de cabeza por esas cosas.

Sentí que empezaba a moverse demás, como si quisiera indicarme que quiere hacer algo más que solo besarnos.

—Oye... — dije entre besos.

—¿Mhm?

—No quiero hacerlo, lo siento, guapo. — me separé un poco de él.

—¿Cómo que no? ¿No te caliento lo suficiente?

—No es eso. — él me soltó, y yo caminé hacia la barra para pedir un vodka.

A mi lado se sentó Nam, quién me miró serio.

—Te gusta Jungkook, ¿Por qué te estabas besando con ese tipo que no conoces?

—Habla bajo, ¿Quieres? Además, él estaba haciendo lo mismo.

—¿Lo hiciste por celos?

—Supongo..

—¿Por qué en vez de besarte con otros, no vas y lo intentas seducir? ¿Eh? — empezó a molestarme. Reí levemente.

—Nunca le voy a gustar. Además, tiene novia.

—¿Quién lo dice? Tú inténtalo. Además, hoy ya le fue infiel bastantes veces. — vaciló.

—¿Para...? ¿Para humillarme y quedarme en ridículo? No, y me da igual que ya haya engañando más veces a Tatiana, no me apuntaré a esa lista.

—Si lo haces, te compro un viaje a donde quieras con quien quieras.

—¿Qué? ¿En sério?

—Muy en sério.

—¿De dónde sacarás el dinero?

—Oh, cariño. Soy el favorito de mamá y papá.

Respiré hondo viendo a Jungkook sentado en un sofá mientras bebía whisky, y me planteé seriamente si hacerlo o no. Es muy arriesgado, y seguramente salga yo perdiendo, pero supongo que las copas de más que llevo encima, me llevaron hacia él sin darme cuenta. Y cuando menos me quise acordar, ya estaba sentada en sus piernas mientras él me miraba neutro.

—¿Qué haces? — cuestionó completamente borracho.

—Intentar que esta noche seas mío. — dije con seguridad.

—Qué confesiones más fuertes Kim TN... — comentó tranquilo — ¿Y si no quiero qué?

—Te obligaré. — solté sin pensarlo, así es más fácil.

—Me gustan dominantes... — al escuchar aquellas palabras, mi corazón empezó a latir muy fuerte. Sus manos se posaron en mis muslos los cuales acarició, para luego dejarlos e ir a mí cintura.

—Y a mí me gustas tú. — solté, y lo escuché reír roncamente.

—Tú y tus necesidades de decírmelo todo el tiempo.

Niña de Mami Y Papi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora