Niña de Mami Y Papi

N U E V E

Basora en mano, empecé a arrastrarla por el suelo de aquella clase. Jungkook mientras tanto limpiaba las ventanas. Era un ambiente tan incómodo, que solo quería salir corriendo. El sonido de los ásperos pelos de la basora, y los ruiditos irritantes que hacía el trapo húmedo, era lo único que se escuchaba.
Después de un tiempo, miré mi reloj.

3:48 pm.

Solo faltan tres horas, yo puedo con esto.
Una vez terminamos de limpiar aquella sala. De mi bolsillo trasero saqué el papelito que me había dado la secretaria del Director horas atrás, para ver qué teníamos que limpiar ahora.

—¿Ahora qué? — preguntó en un suspiro de agotamiento.

—Todos los baños, de la primera, segunda y tercera planta.

—¡¿Qué?! Joder, ¿Para qué están los de la limpieza?

—Durante estas semanas somos nosotros, así que andando.

Salimos del aula, y fuimos al cuarto de la limpieza, donde dejamos lo que no necesitaríamos y cogimos lo que sí. Fuimos hacia los baños de la primera planta, y empezamos a limpiar, ya que no queríamos tardar demasiado.
Yo limpiaba los espejos, y Jungkook el suelo con una fregona. Después, entre los dos limpiariamos los cubículos.

Mientras limpiaba el espejo, lo veía detrás de mi, y cunado me daba la espalda Dios. ¿Cómo puede ser tan músculos? Jesucristo.
Estaba tan sumida en mis pensamientos, que me asusté un poco cuando lo escuché hablar.

—Y ah... ¿Cómo te van los estudios?

—Bien... ¿Y a ti?

—Siempre has sido una chica de buenas notas. — rió él y mi corazón saltó — a mí bien, pero no soporto física y química.

—Te entiendo, es complicado... — de nuevo, un silencio se mezcló con el ambiente incómodo, así que saqué cualquier motivo para hablar. — ¿Tú vas al viaje de Andorra?

—Oh, sí. Namjoon me contará que también irás. ¿Con quién compartes cabaña?

—Con Hoseok. Sobraba una chica, y nos pusimos juntos.

—Ah... Yo iba a quedarme con Tatiana, pero además de que no me dejaron, ya no sé si quiero.

—¿Por? — lo miré.

—Últimamente solo me trae problemas, y es un dolor de cabeza.

—Ya, ¿Qué esperabas? Es Tatiana.

—Oye... — dijo levemente, sin tono de enojo.

—A mí me parece insoportable, no sé cómo puedes andar con ella.

—Te entiendo, porque han pasado cosa con ella que no pasaron cuando aún no salíamos pero... No es insoportable.

—A mí me lo parece.

—A mí no.

—Recuerdo aquel día de primero que llegó y dijo "Hola, buenas tardes a todos, todas y todes, soy Tatiana Eskatrofia, y vengo de Rusia", con ese tono dulce falso que tiene. Desde ese momento tuve mala espina, pero se me terminó de confirmar que era una zorra al pasar de los años.

Él se quedó callado, hasta que lo escuché reír.

—¿Qué?

—¿"Todes"?

—Ya. — reí levemente.

Después todo se volvió a quedar en silencio, así que volví a mi trabajo intentando no desconcentrarme.

—Oye, Kim..

—¿Hmm?

—Lo siento por lo del otro día. Además, entré cuando te estabas quitando la ropa y te rompí el collar. — recoerdé, y al instante me puse de mal humor.