Q U I N C E

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Deslicé mis manos debajo del agua tibia que salía del grifo, espero a que mis palmas se llenen y paso a estrellarlas contra mi cara para enjuagar el jabón que había limpiado mi rostro. Una vez no quedó ni una sola gota de espuma sobre mi piel, seco mi cara con una toalla y finalmente puedo aplicarme mi crema hidratante de confianza para poder salir del baño.
Al salir, en lo primero en que me fijo, es en Ja-wol. Su figura estaba de piernas cruzadas sobre su cama. Sus dedos de entrelazaban y se soltaban entre sí.

Sin prestarle atención, ignorando que sé perfectamente que quiere hablar conmigo, me acuesto en mi cama y empiezo a responder algunos mensajes que me habían llegado de mis padres y Hoseok. Pero, unas palabras dichas con un semblante herido y melancólico me interrumpen. «Te extraño...» confiesa.
Hace que la mire por unos segundos, y decido dejar de ser arrogante.

Me siento en mi cama, en la misma posición en la que ella se encuentra, quedando cara a cara.

-Mira, lo siento. ¿Bien? Pero es que no puedo evitar sentir rabia cuando te veo hablando con ese. Me cae tan mal, y sé que es tan dañino para ti, que es incontrolable la rabia que me hace sentir.

-Lo sé, Ja-wol. Siempre lo supe. Pero lo que me enfadó fue que quisiste que siguiera tus consejos como si fuera una regla que si no cumples, te envían directo a la silla eléctrica. ¿Entiendes?

-Lo siento. No quise decir eso. ¿Me perdonas? - me quedé en silencio durante unos segundos para impacientarla.

-Claro que sí, tonta. - solté con cierta burla.

-Ahg, tonta. - se abalanzó contra mí para abrazarme.

(...)

Las puertas de cristal manuseadas por los niños curiosos, se abrieron, y sin más ya estábamos en el cine. Caminamos hacia la pequeña tienda en donde vendían las palomitas y los refrescos.
Pedimos lo que queríamos, y después compramos las entradas. La hora de la película se marcaba en el reloj, así que caminamos hacia el de seguridad para que nos revisara el ticket, todo estaba bien, así que pasamos a la sala 6, donde veríamos Dune, una nueva que, por lo visto, promete bastante. La veremos en inglés, y menos mal, porque ninguno sabe tanto japonés como vara ver una película completa. En el instituto recibimos clases de japonés desde pequeños, pero aún nos cuestan algunas palabras y verbos.

Entramos a la sala del cine, aún las luces estaban encendidas, y ni los anuncios se reproducían en la gran pantalla. Caminamos hasta nuestros asientos correspondientes, y nos sentamos. Por suerte, Ja-wol estaba a mi derecha, y Taehyung a mi izquierda. Nada de qué preocuparse.

Esperamos unos minutos mientras hablábamos, hasta que la película empezó. Vimos unos quince minutos contando con los anuncios, y de reojo vi a una chica morena, con un gran y esponjoso pelo. No le presté atención hasta que se sentó frente a Ja-wol, impidiendo su visión.

-Ahg, no puede ser. - se quejó ella y yo me reí.

-Eso te pasa por comerte las palomitas antes de tiempo.

-Tn.. - me miró con ojitos de perrito abandonado. - tú eres más alta que yo. - susurró para no molestar a los demás.

-Ni pensarlo. - miré hacia el frente.

-Por favorr.. - insistió, con tanta pesadez que no tuve otra opción más que aceptar.

Me senté en su asiento y ella en el mío. Miro hacia delante, y puedo comprobar que la vista era impecable, el pelo de aquella chica no impedía visión en lo absoluto. Miré a mi amiga que reía con travesura, y fruncí el ceño. Inmediatamente me arrepentí al ver a Jungkook a mí lado. Maldecí por dentro y me acomodé en mi asiento para ver la película con el pulso a mil.
En la película apareció una escena sexual, bastante explícita, y con cierta incomodidad bajé la mirada.
Dejé de prestarle atención mínima a la película cuando el aroma del perfume de Jungkook, cubrió mis fosas nasales. Él se había inclinado levemente hacia mi para rascarse la nuca. Aclaré mi garganta, y quise gritar. Cada acción que hace, me mata.

Niña de Mami Y Papi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora