fourteen.

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En el sofá de la casa, estaban sentados Sunghoon y Heeseung en total silencio. El mayor aplicaba una pomada para quemaduras sobre la mano del rubio.

- Yo...Sunghoon. - el pelirrojo intentaba encontrar las palabras correctas.

- ¿Qué?...- pregunto en voz baja.

- Lo siento.

Lo miró con arrepentimiento.

- No importa. - apartó sus ojos de los del mayor.

- Lo siento, no quería lastimarte.

Luego de un gran silencio, Sunghoon contestó de forma tosca.

- Ya me lastimaste.

- Lo sé, y lo siento...yo no quería que el café cayera en tu mano y-

- No estaba hablando de la tonta herida en mi mano.

Y otro silencio.

Heeseung bufó con molestia, con sus manos frotó su cara con notable fastidio.

- Sunghoon, no volveremos a hablar de eso...

- Bien, sigue siendo un cobarde. Me voy.

Park se levantó del sillón y se alejó del mayor, sin importarle que este lo llamara repetidas veces.

- Sunghoon, ven aquí. - comenzó a seguirlo.

- Déjame en paz, por favor, ya tuve suficiente de tí por hoy.

Sunghoon entró a su cuarto y antes de que pudiera cerrar la puerta, el cuerpo de Heeseung se adentró trás él, siendo lo suficientemente rápido y ágil como para no tener tiempo de evitarlo.

- Sunghoon.

- No hagas esto más difícil, Lee, solo vete...- pidió cansado.

- Sunghoon. - se acercó más al menor.

- ¡Dije que no quiero verte!...me lastimaras aún más si sigues así, y...

Y el mayor perdió sus estribos.

Heeseung lo dió vuelva para que quedara frente a él, agarró su cara con fuerza y lo besó. Sus dedos se apretaban en su mandibula con brusquedad, sin darle tiempo para escapar aunque intentaba resistirse. Metió su larga lengua en la pequeña boca del menor, casi ahogandolo, no se detenía ni un segundo.

- Nhg...- las temblorosas manos de Sunghoon golpeaban el pecho del mayor, buscando separarlo de él, sus pulmones necesitaban aire rápidamente.

Unos momentos después, Heeseung se alejó sin antes dar una fuerte mordida en su labio, la cuál logró sacarle sangre.

- ¡¿Qué mierda...te sucede?! - gritó aún con su respiración agitada.

- Cállate. - los dedos de Heeseung se apretaron alrededor de las muñecas del menor, deteniendo los golpes.

- ¡No me voy a callar hasta que expliques lo que acabas de hac-! ¡mhg!

Y ahí estaba otra vez Heeseung, devorando sus labios sin piedad, haciéndole doler en varios momentos, degustando los rastros de sangre en la boca del alfa menoe.

Sunghoon dejó de resistirse luego de unos segundos, así que Heeseung bajo la intensidad de sus movimientos, lo besó lentamente pero sin perder la pizca de erotismo.

Las manos de Lee soltaron las muñecas de Sunghoon y bajaron a su fina cintura, estrechandola entre sus fuertes brazos. Lo levantó del suelo haciendo que enredara las piernas en su cadera. Apoyó la espalda del rubio contra la pared de la habitación, apretándolo contra su cuerpo.

𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖𝙨𝙩𝙧𝙤𝙨 ★ 𝙃𝙚𝙚𝙃𝙤𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora