twenty.

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Está era la quinta noche en la que Sunghoon la pasaba en casa de Nicholas.

Era la quinta noche que no la pasaba en su cama, en su hogar, sintiéndose seguro rodeado de su familia y Heeseung.

No, ahora estaba tenso, mal humorado y muy asustado. Quería irse, pero sabía que Nicholas no lo acompañaría de vuelta a su casa hasta casi el amanecer. Tampoco lo dejaría ir hasta que esté satisfecho de él.

— Cariño, ven acá. — el llamado del mayor viniendo de la habitación lo alertó.

Se levantó con pesadez de aquél viejo sillón, y aunque no quería, caminó hasta el cuarto del taiwanés.

Nicholas estaba sobre su cama, con su pijama puesto y esa engreída sonrisa en su cara. Apenas lo vió, le hizo señales para que se acostará a su lado, y Sunghoon no podía negarse, así que lo hizo con la peor de las ganas.

Apenas su cansado cuerpo tocó el colchón, ya tenía al otro alfa pegado a él. El mayor envolvió sus brazos en su cintura, pegando su desnudo pecho -si, estaba sin camiseta- a su espalda.

Desde el primer momento, Sunghoon se sintió asfixiado, cómo siempre le pasaba cuando Nicholas se acercaba a él. Cuando lo tocaba o besaba sus labios, se sentía asqueroso y sofocante.

No se comparaba en nada con él...

— Hoonie, quiero que mañana faltes al colegio. — pidió el taiwanés, mientras comenzaba a dejar pequeños besos sobre su cuello.

— ¿Otra vez?

Ya había faltado muchísimas veces, en cualquier momento el director llamaría a su casa para preguntarles sobre su ausencia. Y claro, su padre no sabía nada, él lo dejaba en el colegio y volvía a su casa con el pensamiento de que su hijo entraría a clases, pero en realidad un taiwanés pasaba a buscarlo minutos después, llevándoselo a su casa de nuevo. Encerrandolo como un animal en cautiverio, obligándolo a hacer cosas que Sunghoon tanto odiaba.

Pero no podía quejarse o negarse a algo, el alfa mayor tenía el poder en cada una de las situaciones, si Sunghoon cometía un error, era castigado.

Nicholas solía llamarlo "perra" o "zorra inservible", lo obligaba a tener varios minutos de asquerosos besos y hubo ocasiones, dónde el mayor hacia que lo tocará.

Y también llegó a propinarle cachetadas.

De todas formas, Sunghoon era fuerte, podía aguantar todo eso. Prefería sufrir él que decepcionar a su padre, o a Baekhyun...o lastimar a Heeseung.

Heeseung...lo extrañaba tanto.

— No entres a clases, iré a buscarte. — pidió otra vez el taiwanés.

— No puedo seguir faltando así, Nicholas, se que quieres qué-...

— Basta, no quiero escuchar tus tontas excusas. Vas a faltar al colegio y listo, ¿entiendes? Quiero que hagamos algo divertido.

— ¿Algo divertido?

Sunghoon sabía que él no iba a pasarla bien.

— Tengo pensadas un par de cosas, se qué te gustará, lo disfrutarás... muchísimo. — y un mordisco fue depositado en su cuello.

— Estoy seguro de que no lo haré...— su tono fue frío, pero sus palabras fueron casi en susurro.

— Está bien, no me importa realmente, mientras yo pueda disfrutarlo me quedo tranquilo.

Nicholas apretó sus labios contra su nuca y succionó, dejando una marca rojiza, igual a otras que se repartían por su cuello y pecho.

Mierda, preferiría que él me matara antes de tener que soportar sus manos y labios sobre mi cuerpo. Me hace sentir tan sucio y asqueroso...

𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖𝙨𝙩𝙧𝙤𝙨 ★ 𝙃𝙚𝙚𝙃𝙤𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora