eighteen.

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Sunghoon volvió a su casa a las cuatro de la madrugada.

Entro silenciosamente por misma puerta que habia salido, caminó con lentitud, evitando hacer algun tipo de ruido que podría despertar a los demás integrantes de la casa.

Dejó sus zapatillas llenas de barro a un costado de las escaleras, luego subió hasta su cuarto, deteniéndose unos segundos frente a la puerta de Heeseung.

Pero no, no entraría ahí. Nunca más.

Se dió la vuelta e ingresó a su habitación, cerró la puerta y la trabó, luego suspiró con pesadez.

Su espalda se apoyó sobre la madera, se deslizó hasta quedar sentado en el suelo, abrazó sus temblorosas piernas y lloró.

Dejo que las lágrimas que venía aguantando desde que se despidió de Nicholas cayeran sobre sus sucias mejillas.

Todo su cuerpo estaba sucio.

Estaba mojado, lleno de barro y más mugre.

Se sentía tan asqueroso.

Necesitaba estar en la bañera hasta que amanezca, quería borrar todas las manchas que ahora marcaban cada parte de su cuerpo.

Se arrepentía tanto de haber ido...

Nicholas le había mentido.

Nicholas esa noche no se parecía nada al chico que había conocido. Su personalidad encantadora se había ido a la mierda. Ahora era alguien frío, brusco y obsesivo.

¿Qué había pasado? ¿Es posible que alguien cambié tanto en el transcurso de menos de un mes?

Lo peor es que lo había metido en está situación, lo odiaba tanto. Ahora su vida dependía de él.

Si se equivocaba, arruinaría todo.

Y con solo pensarlo, su llanto aumentó, pero ahogo cada sollozo contra la palma de su mano.

Heeseung se despertó cerca de las nueve de la mañana, estiró su adolorido cuerpo y se tomó unos minutos antes de levantarse de su cama

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Heeseung se despertó cerca de las nueve de la mañana, estiró su adolorido cuerpo y se tomó unos minutos antes de levantarse de su cama.

Fue hasta el baño, se dió una ducha rápida, se puso ropa cómoda y bajo.

Cuando entro a la cocina, se encontró con Baekhyun y Chanyeol desayunando.

— Buenos días papá, buenos días hyung. — saludó a ambos mayores y se sentó al lado del omega.

— Buen día, Heeseung.

— Buenos días, mi bebé, ¿cómo te sientes? — la calida mano de Baekhyun se apoyó suavemente en su mejilla, acariciándola.

— Un poco adolorido, pero mucho mejor que ayer.

"Todo gracias a mi enfermera personal". Pensó y no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en sus labios.

𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖𝙨𝙩𝙧𝙤𝙨 ★ 𝙃𝙚𝙚𝙃𝙤𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora