𝙃𝙚𝙧𝙢𝙖𝙣𝙖𝙨𝙩𝙧𝙤𝙨 ★ 𝙃𝙚𝙚𝙃𝙤𝙤𝙣

ten.

— Heeseung hyung...tengo calor.

Jodida mierda. Heeseung tenía tantas ganas de irse corriendo.

— ¡Estúpido niño! ¿acaso no sabés la fecha de tus celos? — se frotó la cara con total frustración.

Sintió la mano de Sunghoon envolverse en su muñeca y tirar de él.

— Hyung, siéntate conmigo.

— No, Sunghoon, iré a llamar a tu padre.

El agarré de Sunghoon se hizo más fuerte.

— No. Ven aquí. — su voz se escuchaba más profunda.

Era una clara reacción en los alfas, intentaba usar su voz de mandó con él, como varios alfas lo hacen con sus omegas. Pero él no era ningún omega.

— Suéltame, Sunghoon. — intentó alejar la mano del rubio pero este seguía resistiéndose.

— Solo quiero que te sientes conmigo, por favor hyung. — su mano subió hasta el codo del mayor, tirando de él, haciéndolo tambalear.

— No sería lo correcto, Sunghoon. Ve a tu cuarto y quédate ahí hasta que venga Chanyeol.

— No quiero.

— Necesito ir a llamar a tu padre, por favor Sunghoon, no estás bien ahora. — uso su fuerza y alejó la mano del rubio.

Heeseung intentó alejarse de la sala, pero Sunghoon fue más rápido que él, cuando el mayor intentaba escapar el rubio corrió hasta él, empujando su cuerpo hasta que su espalda choco con una pared.

— Mierda...— se quejó por el golpe.

— Te dije que te quedaras conmigo.

Las manos de Sunghoon se apretaron contra sus caderas, mientras juntaba ambos cuerpos y volvía a olfatear su cuello.

— ¿Qué creés que haces, estúpido bebé alfa? — Heeseung trató de alejar el rostro del contrario, siendo cuidadoso por sus heridas.

— Quieto. — ahí estaba otra vez la voz de mandó de Sunghoon.

— Ahg, ¿quién te creés que eres para usar esa voz conmigo? — en un rápido movimiento cambió las posiciones, quedando ahora el menor atrapado entré su cuerpo y la pared. — Ten más respeto por tus mayores, Park.

Las manos de Heeseung se apoyaron a cada lado de la cabeza del rubio.

— Ahora quiero que me prestes atención. Te irás a tu cuarto y esperaras a qué tu papá ven- — y una acción producida por Sunghoon le quitó el aliento.

El menor apoyó sus palmas contra el duro pecho de Lee, se arrimó más a él y sin pensarlo dos veces, pego sus abultados labios con el costado del cuello del mayor.

— ¿Qué carajos...?

Los suaves belfos de Sunghoon se paseaban por su piel, dejando pequeños besos justo abajo de su oreja.

El cuerpo de Heeseung se estremeció y sus manos bajaron instantáneamente a las caderas del rubio, intentando alejarlo de él pero sin lograrlo. Sentía sus manos débiles en este momento.

— Sunghoon, basta...no me hagas esto.

Su mente le pedía que se separará del menor, pero su cuerpo no le respondía, solo inclinaba más su cabeza para que Sunghoon pueda tener más acceso a su cuello.

— Heeseung hyung...solo estoy probandote.

— No. Esto no está bien.

Una de sus manos se enredo en los cabellos de Sunghoon, tirando de su cabeza para atrás, alejando esa hermosa boca de su piel.