𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𖹭 𝐡𝐞𝐞𝐡𝐨𝐨𝐧

sixteen.

- ¿Quieres una demostración ahora mismo?-

- Mierda...sí.

Totalmente nublado por el placer, Sunghoon le había dado su permiso indirectamente para follarlo, sacándole una sonrisa a Heeseung.

- Bien, pero no lo haré ahora, primero jugaré un poco contigo.

Sunghoon lo miró con confusión.

- ¿A qué te refieres con jugar conmigo...?

- Ya lo veras, pequeño alfa. - dejó un corto beso sobre sus labios y luego de alejó. - Date la vuelta, cariño, apoyate sobre tus rodillas y manos.

Con mucha vergüenza, Sunghoon hizo lo pedido por Lee, se puso en esa posición que lo hacia sentir tan expuesto.

- Ahora quiero que confíes en mí y te relajes, sabés que no voy a hacer algo que te disguste o te cause algun daño.- se acomodo en el espacio entre las piernas Sunghoon y llevo sus manos hasta las caderas contrarias.

- Sí, hyung... confío en tí.- y aunque Heeseung no lo podía ver, sonrió.

- Muy bien, alfa.

Las manos del pelirrojo se paseaban por el cuerpo de Sunghoon. Tocando su espalda, sus caderas, apretando su cintura y bajando hasta su trasero.

- Si en algún momento quieres que me detenga, solo dilo y lo haré al instante.

Ahora los dedos de Heeseung estaban en sus nalgas, dejando algunas caricias y luego separando ambos trozos de carne, dejándole a la vista el agujero del menor.

Lee tenía ganas de bajar y comerse ese culo, quería sentir su lengua ser apresada por ese estrecho interior, pero pensaba que era demasiado, podía espantar al rubio.

Sunghoon era virgen, y por lo que sabía, nunca había tenido pareja. Aunque ellos no eran novios, solo se buscaba para saciar su calentura, era la primera experiencia del menor en muchas cosas. Un claro ejemplo es lo que estaba por suceder ahora.

- Recuerda, puedes detenerme en cualquier momento. - dijo Lee, mientras las yemas de sus dedos comenzaban a darle toques suaves al agujero del menor.

- L-Lo sé...- titubeó, aquellos dedos en una de sus zonas privadas no lo dejaban pensar con claridad.

Heeseung llevó dos de sus propios dedos a su cavidad bucal, humedeciendolos por unos segundos, bajo la atenta mirada de reojo que le daba Sunghoon. Una vez ya mojados, los retiró de su boca y volvió a posicionarlos sobre el ano del alfa menor.

- Bien, empezaré.

Comenzó a meter la punta de su dedo en el interior de Sunghoon, siendo muy cuidadoso, sacándole un pequeño quejido al rubio.

- H-Heeseung...

- Tranquilo pequeño, trata se relajarte o te dolerá peor.

Sunghoon bufó y apretó las sábanas bajo sus manos, inhalo y exhaló, intentando calmar a su tenso cuerpo.

Lee tuvo que esperar bastante tiempo para dejar de escuchar las suaves quejas del menor cada vez que su dedo se adentraba más profundo. Sunghoon no era un omega, era un alfa, así que no podía soltar lubricante propio, tenía que aguantar únicamente con la saliva de Heeseung. Aunque le era más doloroso.

Pero unos minutos después, el rubio se habia acostumbrado a la intromisión, dejando que pudiera aumentar el ritmo de sus movimientos. Ahora lo estaba disfrutando, soltaba pequeños gemidos y cerraba sus ojos con fuerza cuando lograba chocar contra su próstata.

Para Sunghoon todo era extraño, sentía nuevas sensaciones que no había experimentado con anterioridad, pero le gustaba. Jodidamente le encantaba.

- ¡Ah!...nhg