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El Avatar entre nosotros

Su día transcurre de forma normal.

Antes del amanecer, Sakari salió del cuartel y asistió a su entrenamiento con armas con el Sargento Dakk, al ser una no maestra omega, ella es una desventaja estratégica en la guerra, pero gracias a su padre, el Consejo le había dado la oportunidad de ingresar al ejército a las personas como ella y por eso se esfuerza mucho para siempre estar lista para la batalla.

Al mediodía, visitó el reconstruido palacio del Sur, allí su madre, su hermanito y Naga, la mascota de Korra, la recibieron con besos y abrazos, su padre la saludó cuando llegó a descansar después de una extenuante conferencia con el Alto Mando Militar.

Ella disfrutó de pasar tiempo con ellos, ayudó a su madre a preparar el almuerzo y ella le hizo su plato favorito, con Kadok jugaron con Naga en la nieve durante horas y su padre le felicitó por sus avances en el entrenamiento militar, aunque compartieron una bonita tarde, todos tenían un pesado sentimiento de tristeza, pues sabían que falta alguien para que sea una verdadera reunión familiar.

Nadie sabía nada de Korra desde hace 2 meses.

Cada mes, ella les envía una carta y les informa sobre la situación cada vez más precaria en el frente, pero en estos últimos meses, los norteños han cortado las líneas de comunicación del Sur con el ejército ofensivo y la incertidumbre se esparció por toda la tribu.

Día tras día, llegan al puerto cientos de soldados de la ofensiva huyendo del Norte en pequeñas plataformas de hielo, trayendo consigo a los heridos y los cuerpos de sus compañeros caídos, las familias lloran desconsoladamente por el estado de sus cachorros, ellos llegaban mutilados, atravesados y con signos de tortura, incluso algunos no eran reconocidos por lo destruidos que estaban sus cuerpos.

Desde hace años, la tribu consideraba a Unalaq el traidor como un enemigo despiadado y los cadáveres que dejaba solo aumentaron exponencialmente el odio hacia él y sus descendientes, su padre y el Alto Mando preparan planes de contingencia para lo peor, una invasión terrestre del Norte.

El terror se apoderó de muchos incrédulos y algunos desesperanzados aceptaban un final inminente, aunque la gran mayoría de las personas, en especial los soldados defensivos tienen la firme determinación de luchar hasta las últimas consecuencias, para cumplir su misión de eliminar a todos los invasores.

Después de pasar por tal terrible masacre y de afrontar esta desalentadora guerra, la nueva generación ha aprendido a no dejarse dominar por el enemigo, odiando al Norte por lo que hicieron y por lo que hacen, y que la Tribu Agua del Sur seguirá viviendo hasta que el último sureño muera.

Sin embargo, el esfuerzo es en vano si la gente todavía les tiene miedo.

La angustia es latente entre las familias, incluida la suya, a pesar de que todos intentan ocultarlo, no podían. Su madre lloraba amargamente por la ausencia de Korra cuando cree que nadie la ve, su padre trata de mantenerse seguro de que ella volverá cuando termine su estancia en el frente, Kadok es solo un niño que quería jugar de nuevo con su hermana mayor, Naga se entristece tanto al no verla que no come durante días y Sakari...

La extrañaba demasiado.

El solo hecho de pensar de que ella estuviera muerta se le hacía imposible comprender, desde que eran niñas pequeñas, Korra siempre fue tan fuerte y valiente que parecía improbable de que la muerte la alcance, pero ella es mortal como los soldados caídos que llegaban al puerto.

Dark waterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora