El lunes por la mañana me levanté con prisas, porque tenía que acompañar a Julia a su casa para que cogiera la ropa que se iba a poner por la noche. Como el día anterior había decidido esperar a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos con Chiara antes de hablar con Julia, mi pobre novia no sospechaba nada. Al menos eso quería creer yo.
- No entiendo por qué tenemos que ir ahora, ¿no podemos pasarnos por mi casa después de comer?- me preguntó Julia, negándose a salir de la cama.
- No, tiene que ser ahora, que esta tarde tengo cosas que hacer- le respondí, sin querer entrar en detalle. Si me preguntaba, a lo mejor se me escapaba alguna barbaridad, y le prometí a Denna asegurarme de mis sentimientos antes de hacer nada.
- ¿Qué cosas?- quiso saber Julia, incorporándose con interés-. ¿Vas a por mi regalo de Reyes y no quieres que me entere?
- Tu regalo de Reyes lo tengo desde hace dos semanas, hija mía, que con lo cansina que te pusiste, como para no haberlo comprado ya- le respondí, recogiendo un poco el escritorio de mi cuarto, que al igual que el resto de la habitación, estaba hecho un desastre-. He quedado para merendar con una amiga, y ahora sal de la cama y ayúdame a adecentar esto, por favor.
- ¿Merendar justo antes de la cena de fin de año?
Me frené en seco y dejé de hacer lo que estaba haciendo. Cerré los ojos, asimilando que esta conversación iba a salir mal. Por suerte estaba de espaldas a Julia y no me veía la cara. Decidí improvisar, otra vez.
- Sí, bueno, es que no he tenido mucho más tiempo para quedar con ella- murmuré, volviendo a mis tareas-. Julia, venga, ayúdame con esto.
- Ya voy, ya voy, doña mandona- contestó ella, saliendo de la cama con pereza-. ¿Las obligaciones pueden esperar un poco, o tengo que pedir cita para darle un beso de buenos días a mi novia, la tía más guapa de España?
Acto seguido, se acercó a mí y me abrazó por la espalda, dejando un beso en mi cabeza. El cuerpo no me pedía girarme para besarla, porque sabía que si lo hacía, le estaría engañando en cierto modo. Pero, ¿qué se supone que podía hacer si no? Me giré y me puse de puntillas para darle un pico en los labios, aunque Julia llevó sus manos a mi cintura y alargó más de lo debido la idea original que yo tenía de beso de buenos días.
- ¿Ves? La tía más guapa de España- dijo la chica, guiñándome un ojo antes de meterse en el baño.
Le sonreí antes de que cerrase la puerta, y cuando me quedé sola me sentí fatal. ¿Qué iba a hacer con aquella situación? ¿Cómo le iba a explicar a mi novia que la había besado imaginándome que era otra persona? Y la mayor incógnita del mundo, ¿cómo le iba a decir a Chiara que soñaba con probar su gloss, si apenas nos conocíamos?
Conforme pasaban las horas, cada vez me iba poniendo más nerviosa. Se acercaba el momento de quedar con la chica y yo daba vueltas como una loca por mi habitación, dándole más importancia al outfit que me pondría para verla que al de la cena de fin de año. Al final, terminé por escoger una sudadera beige y una chaqueta negra, que iba a juego con unos pantalones negros medio anchos. Me puse mis botas, también negras, porque es el color de la elegancia, y me pinté los labios de un rojo discreto, ni muy llamativo ni que pasase desapercibido. El drama llegó cuando tuve que elegir la colonia, aunque me decanté por mi favorita, con esencia de vainilla, de esas que dejan el olor en la ropa durante días.
Me disponía a salir corriendo de casa porque no quería llegar tarde cuando Julia me paró en las escaleras para darme un beso en la mejilla.
- Que te vaya bien con tu amiga, te espero luego para arreglarnos- me dijo la chica, sonriéndome felizmente. Dios, cuánto iba a doler.
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Es por ti
FanfictionVioleta está haciendo las prácticas de la carrera de periodismo, aunque su sueño es vivir de la música, pero no termina de verse preparada para ello. Chiara dejó la carrera de marketing para dedicarse a su pasión, que es la composición, o como ella...