CAPÍTULO 5: tiempo

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Hyeji

—¿Trajiste la comida que te pedí?—pregunté apenas crucé la puerta de la suite. Dejé la chaqueta sobre el sofá y corrí hacia la cocina en donde Yena se encontraba preparando el resto de la cena.—Ya es tarde, muy, muy tarde, Choi. Tu hermano llegará en cualquier momento y no tenemos nada listo. — miré hacia la sala y me lamentaba enormemente por haber dejado sola a Yena durante toda la tarde; ropa regada por doquier, zapatos, las botellas de Soju esparcidas por el suelo, las bolsas llenas de maquillaje, maletas, entre otras cosas más. Una pesadilla. —¿Y eso?

—No me dejaste otra opción. La junta tomó más de lo esperado y no tuve tiempo de organizar nuestras cosas.

—Ay no...—me quejé y rápido corrí hacia allá e intenté tomar todo entre mis brazos pero fallé. Todo cayó de nuevo al suelo apenas intenté sostenerlo. —Al menos lo hubieras escondido en algún lugar. Aquí se ve horrible—mordí mi labio inferior preocupada. — No falta mucho para la hora que acordaron y tu hermano verá este desastre.

—Nah, no pasa nada. Mi hermano vino después de que te fuiste y vio todo al rojo vivo — soltó una risita. —Si te hubieras tardado dos minutos más es muy probable que te lo hayas topado al salir.

—¡Qué vergüenza, Yena! Somos adultas no niñas como para tener todo este mugrero esparcido por doquier.

—Somos adultas que trabajan todo el tiempo, Hyeji. Es normal que de vez en cuando las cosas no estén organizadas.


Aún estaba intentando averiguar en donde esconder las cosas cuando sonó el timbre de la puerta.

Oh, no...

—¡Voy! — gritó Yena desde la cocina. —Hyeji, ¿podrías abrirle? Si voy yo de seguro quemaré el pollo.

Miré todo a mi alrededor y rápidamente lo fui a lanzar a nuestro cuarto y lo cerré. Después, corrí hacia la puerta y la abrí, y al hacerlo me encontré con un chico de traje gris que portaba un ramo de rosas blancas en la mano derecha y en la otra una botella de vino.

Una disculpa, tenía que ordenar unas cosas— me excusé mientras limpiaba mis manos en la blusa blanca. A continuación extendí mi mano frente a él para saludarlo formalmente. —Soy Hyeji. Lee Hyeji, la mejor amiga de tu hermana y jefa.

El chico frente a mi se quedó congelado por unos segundos, algo así como si estuviera intentando procesar la información. Su cálida sonrisa fue desapareciendo conforme pasaban los segundos. Y a pesar de actuar como si hubiera visto a un fantasma, debo admitir que se veía encantador. No pude evitarlo y le sonreí tierna.

El hermano de Yena es realmente encantador.

—¿Quieres pasar?—señalé hacia el interior y después volteé a ver a Yena quien hacía hasta lo imposible por no terminar de quemar la comida. Sin embargo, cuando regresé la mirada hacia el pelinegro, sus ojos comenzaron a brillar con un sentimiento indescriptible.

¿Hyeji?...



Yeonjun

—Ya voy tarde— revisé la hora en mi reloj y me apresuré para salir del edificio. —Jeffrey, ¿tienes el vino que te pedí?—pregunté apenas llegué al auto.


Está en el interior de la camioneta.— dijo y abrió la puerta amablemente para dejarme entrar.

Gracias.

Wash away | YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora