Wash away | Yeonjun

CAPITULO 25: Rayas

Yeonjun

Llegué a mi departamento casi a las 5 de la mañana y me senté en la sala con vista a la nada. Mi mente vagaba, pensaba en todo menos en lo que debería concentrarme pues pronto debería ir a trabajar.

Hyeji me contó lo que le hicieron cuando aún era niña e incluso adolescente. Me contó todo. Desafortunadamente esos acontecimientos no los olvidó. Si bien quiero ir en este mismo momento a golpear a esa persona, debo ser inteligente y actuar con precaución.

Si, no lo conozco, no sé cómo es, pero puedo investigar y hacerlo pagar por lo que le hizo a Hyeji y a los demás niños antes y después de ella.

Se enfrentará a la justicia, de eso no hay duda.

Estaba tan perdido en mis pensamientos que no me percaté del celular que sonaba desde hacía tiempo atrás.

—¿Amor?— escuché su dulce voz del otro lado del teléfono.

—¿Hyeji? —parpadeé un par de veces como intento de hacerme volver a la realidad. —  ¿Qué sucede, amor? Creí que te había dejado dormida antes de venirme a mi habitación. ¿Necesitas algo? Puedo ir enseguida si eso quieres.

Se escuchó como dejó salir el aire de sus pulmones y casi pude verla sonreír tranquila.

—No, no. Solo quería... quería agradecerte por escucharme. Gracias, Yeonjun. Gracias por todo.

Mi corazón se estrujó al oír esas palabras. Quería llorar, y de un momento a otro las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Intenté que no lo notara pero fue en vano.

—Amor, está bien...

—Te amo Hyeji. Gracias por tenerme la confianza de hablar de algo tan importante conmigo.—limpié mi rostro con la manga de mi saco café y sonreí involuntariamente. —Te amo.

—Gracias a ti por todo el amor que me das.— soltó una risita que no logré entender al principio.

—¿Qué sucede?—pregunté confuso.

Hyeji volvió a reír un poco.

—No, nada... —suspiró. —Es solo que no puedo creer que la haya pasado tan mal en el pasado cuando desde el principio pude haber sido feliz a tu lado...

Mi corazón comenzó a latir con fuerza pues la culpa de lo que le hice durante esos años y, ahora sumándole todo lo que me contó que vivió por aquél entonces, se hizo presente.

¿Cómo se lo explico?

No tengo justificación.

¿Qué debo hacer?

No me percaté del tiempo que transcurrió entre cada pensamiento negativo que venía a mi mente hasta que Hyeji me lo hizo saber al escuchar de nuevo su dulce voz del otro lado del teléfono.

—¿Yeonjun, amor, estás bien?

Carraspeé un poco la garganta y rápido respondí con un "si".

—Amor, ¿quieres venir a dormir conmigo?— pregunté intentando cambiar de tema.

No, aún no estoy listo para decirle la verdad.

Aún... aún quiero disfrutar de su dulce compañía por un poco más de tiempo.

—Hey... ¿así como así?—bromeó.

—¿Qué?... ¡No! ¡No, no, no, no! No me malentiendas, lo digo de buen corazón.

Ella solo rió.