Capítulo 22

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| LOBO SANGRIENTO |

Me golpeé mentalmente por haberle ocultado esa información a Azriel

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Me golpeé mentalmente por haberle ocultado esa información a Azriel. Sabía que estaba siendo irracional al desconfiar de él, y ahora veo que he arruinado todo. No puedo borrar de mi mente su rostro lleno de decepción y su voz tan helada, recordándome a la primera vez que lo vi. Transmitía toda su indiferencia, esa que trató de ocultar con una máscara impenetrable, pero que pude apreciar por un segundo, como si su mente maquinaba la información con un rastro de enojo en sus ojos.

Estuve tentada a seguirlo e intentar explicarle lo sucedido, pero preferí dejar que se calmara. Ninguno de nosotros tiene la cabeza para otro drama en este momento. Aunque él dice que no sabe si existe conexión con Fatmir, en lo profundo de mi ser intuyo que de alguna manera sí están conectados.

Es una completa locura; a veces me replanteo si fue buena idea venir a este lugar, pero nadie tiene el poder de ver el futuro. El mal parece seguir cada paso que damos, sin dar tregua alguna, y una de las pocas cosas que valoro de todo esto es haber conocido a Azriel, un hombre tan diferente a lo que he conocido.

Solo espero que pueda entender por qué no se lo dije en un primer momento. Confío en él, pero cuando todo a tu alrededor parece una amenaza, es difícil no tratar de buscarle explicación para saber si puede ser un potencial peligro o no. Los seres humanos inconscientemente tenemos un instinto que trata de protegernos a toda costa, de avisarnos y ponernos alerta.

Sin embargo, en mi interior también siento tristeza por dejarme llevar por eso, cuando él ha demostrado más de una vez ser sincero conmigo. En sus labios siento la llama ardiente, el fuego mismo que es él, la salvaje perversión que va perfectamente en sincronía con sus actos y palabras.

Muevo mi pie en el suelo con ansiedad. Azriel y el otro oficial desaparecieron antes de que llegara, junto con mis compañeros que encontré en la unidad de cuidados intensivos. Amber ya había salido de la cirugía, así que teníamos que esperar su evolución.

George llegó hace unos minutos y nos sorprendió a todos cuando se sentó al lado de Pablo y acarició su espalda en señal de apoyo. Aunque el rubio no reparó mucho en ello, sus pensamientos parecían irse totalmente de este mundo. El chico estaba en una especie de trance por lo sucedido con su novia; él la amaba profundamente y la situación lo devastaba.

— Amelia — escuché una voz tratando de sacarme de mis cavilaciones. Así que tuve que prestarle atención a la morena a mi lado. — No me escuchaste, ¿verdad? Te decía que se comunicaron con los papás de Amber; vendrán en unos días. Creo que eso va a complicarlo todo. Seguro harán un escándalo, y dudo que esta vez no logren sacarla del país. Por lo que escuché, su padre es un reconocido político. —

— Es entendible, nadie querría que su hija esté pasando por esta situación, lo más probable es que también se hayan enterado del secuestro — le respondí con pereza, ya sentía el cansancio de las extensas horas que llevábamos en el hospital, y eso que apenas había comenzado. Faltaría mucho tiempo más para que ella estuviera bien.

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