𝑳𝒊𝒗𝒆 𝑾𝒊𝒓𝒆 ~ 𝑩𝒐𝒏 𝑺𝒄𝒐𝒕𝒕 𝒙 𝑴𝒂𝒍𝒄𝒐𝒍𝒎 𝒀𝒐𝒖𝒏𝒈.

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒆𝒓𝒄𝒆𝒓𝒐.

—¿Ya te vas? ¿Tan temprano? —preguntó curioso el alfa viendo cómo el menor cerraba el portón de su taller con candado.

—Volveré por la tarde, Bon. Tengo que llevar a mi hermano al médico.

—No sabía que tenías un hermano.

—De hecho, contándome a mí somos siete. —comenzó a caminar en dirección a su auto. Tenía que llegar puntual a recoger a Angus.

Scott lo siguió, desvió de inmediato su mirada del trasero redondo del más bajo cuando éste se volteo para darle una pequeña mirada amenazante. —Tienes una familia muy grande. Yo apenas tengo tres hermanos y todos son alfas.

—Pues tuviste suerte. —se apoyó sobre la puerta del lado del conductor de su Pontiac LeMans azul.

—No me digas que todos tus hermanos son omegas también. —quitó sus manos de los bolsillos de su pantalón para recargarse encima del auto también.

—Al contrario, todos son alfas menos mi hermano menor. A él me toca llevarlo al médico.

—Supongo que es un omega tan lindo como tú. —le guiñó el ojo para jugar un poco.

—En realidad, nació siendo un beta. Su nombre es Angus.

—¿Por qué lo dices así? ¿Qué le pasó?

Rascó su nuca algo nervioso, no estaba seguro de si debía compartir esto con alguien que no fuera de su familia sin el consentimiento de Angus. —Él es un omega transexual... ya sabes, cambió su casta. Por eso tengo que llevarlo al doctor, necesita hacerse una revisión cada dos semanas.

—Entiendo. —asintió lento. No era algo que le importara demasiado en realidad, sólo quería conocer mejor a la familia de su futuro esposo. —Es muy tierno de tu parte que lo acompañes, seguro necesita tu apoyo.

—Sí, es difícil a veces pero es su vida al fin y al cabo. Además, del lado familiar sólo me tiene a mi. —apartó su mirada hacia su reloj de pulsera cuando notó la expresión de pena en la cara del mayor. —Ya me tengo que ir.

—Está bien, nos vemos el lunes. —se dio la media vuelta para volver al autobús, todavía tenía trabajo por hacer.

Malcolm suspiró cuando subió al auto, hacia algo de calor allí dentro. Lo primero que hizo fue abrir las ventanillas, no quería sofocarse. Encendió el motor y luego la radio, necesitaba distraerse un poco. Condujo con la música de una estación cualquiera de fondo, no tenía un programa favorito en realidad. Golpeaba los bordes del volante al ritmo de esa canción de pop que ni siquiera conocía.

Le tomó menos de diez minutos llegar hasta ese pequeño bar cerca del centro. Tuvo que estacionar, no veía a Angus por ningún lado. Le sorprendió lo pintoresco que se veía el lugar adentro; hacia meses que no entraba, por lo que no estaba tanto de la remodelación que le hicieron. Las columnas de madera junto con los sillones de terciopelo en las mesas a un lado de las paredes lo hacían ver como un lugar moderno, pero que seguía siendo acogedor.

Reconoció al de rulos charlado con otros meseros en la barra, había varios clientes pero en ese momento nadie los precisaba a ellos.

Se acercó hasta esos chicos para llamar al menor, este se dió cuenta en seguida de que Malcolm estaba allí. Saludó al resto y fue directo con el otro muchacho. El mayor notó esa bonita sonrisa que llevaba que lo hacia ver adorable.
Los dos caminaron hasta afuera, Angus se subió al auto brillando de emoción. —Me dieron un aumento, Mal. Ganaré un par de libras más.

—Eso es tan bueno de escuchar. —estaba muy feliz por aquello. —Supongo que al jefe le gusta como trabajas.

—Él dice que le atraigo varios clientes. —el más bajito buscó el espejo de mano que siempre llevaba con él, quería asegurarse de que su cabello se veía bien. —También me dieron algunas buenas propinas hoy, hay un par de tipos que van bastante al bar. —. se peino un poco con sus manos antes de doblar a la mitad y guardar otra vez el pequeño objeto. —Uno de ellos me dio dos dólares a cambio de un beso.