VIII

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ㅡSiento que he descuidado demasiado a Byun... ㅡ murmuró el rubio al aire. Una imagen de cuerpo pequeño y delicado rondaba por sus pensamientos y las palabras simplemente se le salieron de la boca, cuando nada tenía que ver con esta persona y los miles de casos sin terminar que se leían en cada papel que tenía colgando de su mano, mientras que con la otra, sostenía un café, tan negro como el ánimo que desprendía el mayor. Su compañero al frente suyo, rodó los ojos al escucharle.

ㅡY si sigues distrayendote, podrá ser que jamás termines y no puedas ir a ver al chico.

Kris alzó la mirada de aquellos documentos -de los cuales ni prestaba atención- y miró al pelinegro de forma tranquila pero cansada.

ㅡDe todas formas ¿hay probabilidad de que acabe pronto? Aquí sólo hay muertos y más muertos que aparecen de la nada. Y no hay pruebas de que hayan sido asesinados cuando es notable que lo fueron. No hay forma de solucionar esto. No es fácil, así que ¿acabaré? ㅡgruñó el mayor. Su cansancio era más que notorio en sus ojos que eran rodeados por unas notables ojeras, casi pareciéndose a las de su compañero; su compostura daba a notar que no había dormido lo suficiente esa noche. Su compañero de pronto se sintió triste por su jefe.

ㅡLo siento, señor ㅡmurmuró Tao, cabizbajo. Kris le dio un último vistazo y regresó a aquellos documentos prefiriendo dejar las distracciones para poder acabar pronto. Y claro, poder ir a ver a su pequeño Baekhyun. Su Baekhyun

Y estaba hecho, Kris no podría concentrarse.

* * * * *

ㅡ¿Qué es este lugar? ㅡpreguntó Baekhyun en voz baja. Su acompañante frente a él, detuvo sus pasos y volteó apenas un momento a verle.

ㅡUna bodega.

Baekhyun frunció el ceño. Era muy obvio que era una bodega, pero no quería esa respuesta. En sí, la dichosa bodega estaba llena de cajas y más cajas. Algunas eran enormes y parecían ser de aquellas que se usaban para exportación. El lugar era grande, sin embargo, estaba mayormente oscuro, lleno de polvo. Parecía abandonado. El suelo tenía grandes manchas grisaceas, negras, y otras en un tono escarlata. Pero todo el lugar estaba sucio, descuidado e incluso olía mal.

ㅡPor si quieres saber -aunque ya lo habrás notado- aquí sólo hay cosas que a tu querido oficial le gustaría investigar. Una gran carga de todo tipo de drogas, armas... E incluso puede que te encuentres con algún cadáver de personas curiosas que se han llegado a meter aquí. Tan lamentable por ellos.

Tembló ante aquellas palabras mencionadas con tanta serenidad, sin preocupacón alguna de endulzar la realidad, que incluso quiso dar media vuelta e irse.

Pero no podía.

Un par de días después de que Chanyeol le “visitó”, su mundo había girado en una sola palabra. Miedo. ¿Qué podía hacer ante el miedo? Enfrentarlo. Y Baekhyun pensaba que tal vez, Chanyeol —la persona a la que más le tenía miedo— podría ayudarlo con borrar ese miedo. También quería enfrentar a la noche, eso ya lo sabía. Él quería inundarse en la noche, entrometerse en ella y averiguar lo que con tanto recelo guardaba para él. Pensaba que aun así, como todo, esta era una de las cosas que con el tiempo desaparecería.

Y al pasar un par de días, eso fue lo que lo llevó a vagabundear por las calles a media noche. No tuvo que ir mas allá de su calle: Chanyeol le estaba esperando, y al verlo, una sonrisa ladina se había formado en sus labios. Baekhyun pensó en mejor retirarse y olvidar todo, pero el más alto le había colocado un casco con prisa, y le había guiado hasta su motocicleta, montándose en ella y señalándole a que también lo hiciera.

ᴄᴏᴜʟɪs  [ ᴇxᴏ/ᴄʜᴀɴʙᴀᴇᴋ/ᴋʀɪsʙᴀᴇᴋ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora