La Limerencia entre Mundos || PJO, HP, Narnia

4. 𝑵𝒂𝒓𝒏𝒊𝒂

- ¿Cómo lo logró Potter? - insistió Draco.

- Harry no lo hizo - repitió Annabeth -. El no quiere la gloria eterna.

- Pero si es lo único que consigue a cada rato - murmuró Crabbe.

- ¡Exacto! - exclamó la rubia -. Está harto de esto, les aseguro que lo único que quiere es estar en paz.

- Lo que digas, Listilla - Theo puso los ojos en blanco.

Annabeth lo miró con los ojos entrecerrados, solo Percy la podía llamar así.

(...)

Al otro lado del castillo, la discusión al respecto le faltaba la voz de la razón de Annabeth.

- ¡Es una locura! - exclamó Peter -. ¡Cómo van a confiar la vida de adolescentes a una copa! ¡SIGUE SIENDO UNA MALDITA COPA!

- No sé - suspiró Harry medio perdido en su mente -. Pero no tengo alternativa, lo dijo Crouch.

- Lo siento mucho, hermano - suspiró Percy dejándose caer sobre la cama -. Sabes que cuentas con nosotros.

- Gracias, chicos.

Ron regresó del baño, tenía una expresión de disgusto. Paso a acomodar su toalla en la secadora de calor. A la cara de Ron le iban a salir letreros si no empezaba a expresarse pronto.

- ¿Cómo lo hiciste? - preguntó súbitamente y Harry lo miró con el ceño fruncido -. No importa. Pudiste decírselo a tu mejor amigo.

Peter y Percy se miraron entre sí. Harry se giró sobre su colchón para mirarlo serio y confundido.

- ¿Decirte qué? - exclamó el chico.

- Sabes muy bien que.

- ¡Yo no quise que nada de esto pasara, Ron! ¿¡No entiendes!?

- Al parecer no - le susurró Peter a Percy.

- No seas tonto - habló el hijo de Poseidón -. Harry no es suicida.... bueno si, pero este problema no se lo busco.

- Si, claro, ese soy yo - se enfurruño el pelirrojo en su cama -. Ron Weasley el tonto amigo de Harry Potter.

Harry muy molesto camino hacía él para mirarlo severo.

- Yo no puse mi nombre en esa copa ¡No quiero la gloria eterna! Solo quiero ser... Escucha, no se que paso y no se porque. Solo sucedió ¿Me crees?

Ron se dio la vuelta en su cama ignorándolo para luego murmurar:

- Mentiroso.

Harry puso los ojos en blanco y regresó a su cama exasperado. Peter y Percy se acomodaron en sus literas también.

- Oye, tranquilo - susurró Peter -. Ya se le pasara.

Harry asintió agotado. Vaya día de mierda.

- No te preocupes, nosotros si diseñaremos enormes pancartas para apoyarte - rio Percy -. Les pondré tu cara y todo.

Eso logró sacarle una carcajada a Harry pero igual lo miro mal, que ni se les ocurriera.

(...)

El flash cegó a los cuatro campeones al instante. Harry se vio obligado a parpadear varias veces para quitar la mancha oscura de su visión.

- Que carismático cuarteto - habló la mujer de escandalosos rizos rubios que estaba frente a ellos -. ¡Hola! Soy Rita Skeeter, escribo para el diario el profeta ¡pero eso ya lo sabían! - rió como tonta -. A ustedes no los conocemos ¡ustedes son la noticia! Que rarezas esconden tras esas rosadas mejillas - Fleur recibió una pequeña cachetada ante ese comentario, lo que la hizo borrar su sonrisa -. ¡¿Qué misterios enmascaran esos músculos?! - revolvió el cabello de Cedric -. ¿La valentía se esconde bajo esos rizos? ¡¿Qué motiva a un campeón así?! - abrazó con fuerza a Harry -. Porque yo quiero saberlo y también mis lectores ¿Quién será el primero?