La Limerencia entre Mundos || PJO, HP, Narnia

9. 𝑭𝒖𝒏𝒅𝒂𝒅𝒐𝒓𝒆𝒔

Maratón 1/3

El suelo del gran comedor no era la idea más cómoda para mantenerlos a salvo mientras revisaban el castillo, sin embargo, estaban logrando tener cierta diversión. Los profesores se ocuparon de organizarlos según la casa de cada alumno, todos armados con un saco de dormir y una almohada.

Por el lado de Ravenclaw, Susan estaba acomodando su almohada mientras veía como Luna estaba agarrada a su dije del cuello mientras murmuraba unas palabras muy bajito, con el tiempo Susan había dejado de preguntar y se limitaba a pensar que su amiga era bastante especial.

En el otro grupo los Slytherin trataban de acomodarse.

- Extraño mi cama - murmuró Blaise.

- Ya duérmete, Don Quejas - protestó Annabeth -. Hay peores lugares donde dormir.

- ¿Dónde? - preguntó Draco.

- En el inframundo, en un laberinto mitológico con vida propia, en el cajón de un camión de carga con animales, por decir algunos.

Todos la miraron extrañados.

- ¿Qué?

- ¿Camión de zoológico? - cuestionó Theo.

- Siendo semidiós nunca se sabe que puede pasar.

- Y yo creía que Hogwarts era una locura - dijo Draco.

- ¿Qué cosas han pasado para que crean eso? - preguntó Edmund, metiéndose a su saco de dormir.

- El año pasado un diario maldito poseyó a la hermana de Weasley: Ginny. Quien abrió la cámara secreta y soltó un basilisco (una serpiente muy grande) que petrificó a los sangre mestiza de la escuela.

- ¿Cámara? - cuestionó el chico -. ¿Serpiente muy grande?

Annabeth y Edmund cruzaron miradas, era exactamente lo mismo que había visto en medio de su desmayo. Realizaron un acuerdo silencioso para preguntar después, en un lugar más privado. Edmund empezaba a preocuparse, si nunca había esa "cámara de los secretos" porque la había visto al igual que al basilisco.

En el grupo de Gryffindors Peter y Percy estaban discutiendo sobre de quién era la almohada gris que había aterrizado entre ellos. Nadie sabía de donde había sido lanzada.

- ¿Y si se ponen de acuerdo? - protestó Ron -. Quiero dormir.

- ¡Es mi almohada! - siguió Percy -. Cayó un centímetro más en mi saco de dormir.

- Ya quisieras - murmuró Peter, jalandola hacía él de nuevo.

- ¡Denme eso! - dijo Ginny, cansada -. Accio.

- ¡Ey! - protestaron ambos.

La chica se abrazó a la almohada, se dio la vuelta y no se volvió a mover. Hermione sonrió con aprobación. Luego, todos se recostaron y después de un tiempo todo estaba en silencio. La luna ya estaba en todo lo alto del cielo. Harry podía verla desde la ventana cuando escuchó pasos a la entrada de la sala.

- Revise la torre astronómica y el aviario - informó Filch -. Pero no hay nada.

- Muchas gracias - habló Dumbledore.

- En el tercer piso no hay nada - comentó Flitwick.

- Muy bien - asintió el director.

- Ya revise los calabozos, director - añadió Snape -. No hay señales de Black por ninguna parte.

- En realidad no esperaba que se quedara.

- Increíble hazaña ¿no crees? - dijo Snape -. Entró al castillo de Hogwarts solo sin que nadie se percatara.