5. 𝑩𝒊𝒆𝒏𝒗𝒆𝒏𝒊𝒅𝒐𝒔 𝒂 𝑯𝒐𝒈𝒘𝒂𝒓𝒕𝒔

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Harry abrió los ojos. Estaba desorientado, Hermione le entregó sus gafas y él le agradeció. El profesor Lupin le tendió un trozo de dulce.

- Harry come esto, te ayudará - dijo -. Es chocolate.

- ¿Qué era esa cosa que subió? - preguntó él.

- Un dementor, un guardia de Azkaban, ya se fue - explicó el profesor -. Buscaba en el tren a Sirius Black. Debo hablar con el conductor. Disculpen.

Dicho esto salió del compartimiento y Harry empezó a comer su chocolate. Hermione y Ron lo miraban preocupados.

- ¿Qué me pasó? - preguntó Harry.

- Pues te desmayaste - respondió Ron -. Pensamos que te había dado un ataque.

- ¿Y ninguno de ustedes se desmayó?

- No. Solo me sentí extraño, era como estar triste.

- Pero alguien gritaba, una mujer.

- Nadie gritaba, Harry - dijo Herms.

Harry se quedó en silencio mirando alrededor, estaba seguro de haber escuchado aquel grito no había sido cosa de su imaginación. Se quedó mirando hacía la ventana, el último paisaje relucía frente a ellos para dar paso a la estación. Acababan de llegar a Hogwarts.

(...)

- ¿Llegamos? - preguntó Annabeth mirando las lamparas del andén exterior cuando el tren se detuvo.

- Eso parece - contestó Edmund.

- Debemos bajar, supongo - asumió Peter.

Todos se levantaron, agarraron su equipaje y abrigos, pero antes de que pudieran salir un chico apareció en el marco de la puerta. Tenía el uniforme del colegio junto a una corbata de rayas amarillas, el cabello ondulado y castaño además de unos ojos grises tormentosos. Parecidos a los de Annabeth.

- Buenas noches, chicos - saludó -. Mi nombre es Cedric Diggory, prefecto de Hufflepuff. El profesor Dumbledore me mandó para guiarlos.

- Dumbledore es quien mencionó, papá - dijo Lucy -. El director.

- Así es. Vamos, dejen sus cosas aquí y ya serán enviadas a sus habitaciones.

Con un poco de duda volvieron a dejar sus baúles y se apresuraron a seguir al chico. Caminaron a unos metros de la estación hasta unos carruajes enormes. Los chicos los vieron con curiosidad pero sobre todo a la criatura que jalaba de ellos. Era como un caballo alado con un cuerpo esquelético, tenía el rostro de rasgos reptilianos y unas alas de aspecto curtido que les recordaban a las de un murciélago.

- ¿Qué son? - preguntó Percy.

- ¿Qué cosa? - cuestionó Cedric.

- Lo que tira del carruaje - añadió Susan.

- Se mueven solos - murmuró Cedric.

- Realmente no - interfirió otra voz.

Los jóvenes se dieron la vuelta y se encontraron con una mujer mujer alta, severa, de unos setenta años de edad. Llevaba una túnica de color verde esmeralda además de un sombrero puntiagudo inclinado hacia un lado.

- Chicos, ella es la profesora Minerva Mcgonagall - la presentó Cedric -. Maestra de transformaciones y jefa de la casa de Gryffindor.

- Es un gusto conocerte - sonrió Lucy.

- Lo mismo digo jóvenes Pevensie - luego miró a los otros dos -. Al igual que a ustedes: señorita Chase y señor Jackson. La criatura que ustedes ven ahí se llama Thestral, son invisibles para la mayoría de las personas y como verán tienen una apariencia muy peculiar.

La Limerencia entre Mundos || PJO, HP, NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora