1. 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒐𝒔

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- Bueno, basta de pereza, señor Cedric - se burló Susan -. Arriba.

- ¡Que ya puedo levantarme solo! - protestó el hufflepuff.

- Si claro, la última vez casi te vas por las escaleras.

- ¡Fue un accidente!

- Mejor deja de quejarte o ni agua te voy a traer en todo el día.

Cedric hizo el gesto de cerrarse los labios como cierre y aceptó la ayuda de su novia para ponerse de pie. Le había dado salida de San Mungo tres semanas después del ataque, cuando los doctores estuvieron seguros de que no sufriría secuelas mágicas gracias a la magia oscura. Ya había pasado un mes y por fin, después de mucha terapia, había vuelto a caminar. Aún necesitaba cierta ayuda pero por lo menos seguía vivo.

Susan había llegado hacía dos semanas, aún quedaban unas semanas para que siguiera recuperándose para volver a Hogwarts. Cedric quería concluir su séptimo año como debía, aunque realmente solo quería tener a su novia cerca, porque sabía que cuando se graduara solo la vería durante las vacaciones y hablarían por cartas.

Peter casi se infartó cuando su hermana le había dicho que iría a quedarse en la casa de su novio el resto de las vacaciones, pero logró relajarlo un poco explicándole que ya tenían una habitación lista para ella.

Cosa que obviamente era mentira. Su parte favorita de cada día era acurrucarse con Cedric en su cama para ver el atardecer por la ventana.

Cedric se levantó con ayuda de su novia y empezaron a dirigirse lentamente hacía la cocina, era hora de almorzar. El chico sonrió y apoyó su barbilla sobre la cabeza de Susan.

- Oye - ella se sacudió -. Eso duele, Ced.

- Perdón - rió -. Es que estas tan bajita que eres muy tierna.

Susan lo miró mal -. Serás maldito.

- Así mejor - sonrió robándole un beso -. Enojada te ves aún más tierna.

Susan le dio un manotazo y lo obligó a bajar las escaleras mientras él reía por su expresión.

(...)

Percy y Annabeth fueron a pasar las vacaciones con los Weasley al igual que los otros hermanos Pevensie, a excepción de Edmund que estaba de viaje con Zabini y Susan que estaba con Cedric. Durante esas semanas Percy, Peter y Ron habían mejorado muchísimo en quidditch, podían pasarse horas y horas en la parte trasera de la madriguera practicando vuelo o pases. Ron afirmaba que en cuanto pudiera se uniría al equipo de quidditch.

- Pero si eres un cobarde - se burló Ginny una noche durante la cena cuando su hermano lo comentó.

- ¡Soy magnífico en la escoba! - protestó el pelirrojo -. Díselo, Jackson.

- Completamente - Percy compartió una mirada cómplice con Peter -. Una vez superas el pánico inicial, claro.

- ¡Serás maldito!

- ¡Ronald, lenguaje! - lo regañó su madre y él hizo un puchero.

- Momentos donde no extraño a papá - le susurró Annabeth a Percy y ambos rieron.

Las chicas se fueron a su habitación al terminar de ayudar a Molly a organizar. Como siempre una linda lechuza negra esperaba a las afueras de la ventana. Ginny silbó.

- Que puntual - rió -. Quiero un novio como el tuyo.

- Vive los catorce, pequeña hormonal - Annabeth le revolvió el cabello.

- Claro - Ginny puso los ojos en blanco y sonrió para sus adentros recordando su pequeño secreto -. Por que mejor no me dices ¿Quién es? De una vez por todas.

La Limerencia entre Mundos || PJO, HP, NarniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora