La Manzana del Emperador

Miradas

∗⋅✧⋅∗ ─── ∗⋅✧⋅∗ ─── ∗⋅✧⋅∗

*

Al día siguiente, Crowley bajó al gran comedor a desayunar junto con su madre y sus hermanas. Dagon no estaba presente, pues solía desayunar en sus habitaciones junto con Warlock, tampoco estaba Dreide, pero si Adam.

-Hermano, Dagon sugirió que deberíamos hacer un baile en honor a tu regreso ¿Qué opinas?- Preguntó Raphalea.

-Aunque socialmente es buena idea, venimos de una casi guerra, debemos ahorrar fondos para cualquier cosa. Ya tendremos tiempo para fiestas.- Dijo Crowley.

Por la mirada de satisfacción de Raphaela, se podía intuir que ya sabría la respuesta y moría de ganas por decirle la respuesta del Emperador a esa concubina, pero se reservó los comentarios por que no quería perturbar la hora del desayuno.

-Hermano ¿Podríamos practicar esgrima luego de desayunar?- Preguntó Adam.

A pesar de ser hijos de madres distintas, Adam y Crowley tenían un genuino lazo fraternal, aunque Aradia trataba un poco distante a Adam, no es que lo odiara o estuviera en contra de que su hijo forjara una relación con él.

-Por supuesto, me encantaría saber que tanto mejoraste en mi ausencia. Así tu derrota será mas humillante.- Se burló, a lo que Raphaela se rió.

-¡Ya verás! Seré yo quien humille a su majestad.- Respondió engreído, pero divertido. 

Sin duda, comentarios así, podrían ser tomados como falta de respeto, pero había ciertas cosas que la familia real, cuando se estaba en confianza, toleraba. Afortunadamente no estaban otras personas más que los sirvientes.

Emocionado, Adam se apresuró a tomar su desayuno, aunque Aradia le dijo que comiera más despacio, que de todos modos entrenaría cuando terminara, no sería lo ideal que tuviera un dolor de panza en medio del entrenamiento por comer de prisa. Adam solo sonrió travieso.

Por fin ambos hermanos pudieron reunirse en el jardín, en un lugar fresco, con buena sombra para su entrenamiento.

-Bien Adam, estoy seguro de que tu maestro te ha enseñado a pelear honorablemente.- Comenzaron a hacer los primeros ataques y bloqueos, de manera lenta y segura, pero poco a poco, Crowley comenzó a arremeter un poco más brusco y rápido.-  Pero en el campo de batalla, el enemigo no peleara de manera honorable, solo derrotarte, incluso si eso significa matar.-

Los sentidos de Adam comenzaron a ponerse cada vez más y más alerta, notaba como su hermano lo guiaba a un terreno desfavorable, donde la hierba le impedía moverse libremente. Vio una roca, y tomó esto a favor, ya que como era más bajo, al subirse, le dio una estatura considerable a la de su oponente.

-¡Bien! pero recuerda que muchas ventajas son momentáneas.- Arremetió su espada contra los pies de Adam, haciendo que tuviera que bajar rápido de la roca.

-Tu técnica... no es la misma.- Jadeó Adam.

-Nunca lo será luego del campo de batalla.- Respondió Crowley.

Pelearon por casi todo el jardín, Adam se tropezó unas cuantas veces y casi todo el tiempo, terminaba desarmado o con la espada de Crowley cerca de su cuello. Todo para volver a empezar otra vez.