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Después de mucho tiempo, el emperador regresaba a casa. Por un largo periodo, una guerra amenazaba las fronteras y tuvo que partir hacia una campaña para defender sus tierras, pero ahora podía descansar y relajarse. Bueno, dentro de lo que podía relajarse un emperador.
Cuidar de un reino ya de por si era difícil, ahora un imperio. Si bien su padre lo había preparado para su papel a futuro, habría deseado que le enseñara más, no solo por que sentía que aún le faltaba mucho por aprender y había ascendido al trono muy joven, si no también por que extrañaba a su padre.
No tardó en divisar el palacio, aquellas murallas familiares, donde había nacido y crecido. A veces pensaba que en cuanto cruzara el umbral, estaría su padre para recibirlo, pero con amargura, siempre tenía que asimilar que no volvería. Esperaba que estuviera al lado de los dioses y dejaran que su espíritu lo guiase en esta difícil cruzada.
Fue recibido por su guardia a la entrada, que hicieron una reverencia y anunciaron en voz alta su llegada.
-¡Atención! ¡Su majestad el Emperador Crowley ha regresado!-
En la sala del trono, fue recibido por la madre emperatriz Aradia, su medio hermano Adam, su hermana mayor Raphaela, Dreide, una de las concubinas de su padre y madre de Adam. Así como Dagon, la concubina de Crowley y su hijo Warlock.
Todos hicieron una reverencia y la primera en romper la formación fue la madre emperatriz, quien se acercó a él con una mirada maternal.
-Hijo mío. Nos alegra tenerte de regreso.- Le dijo mientras lo abrazaba.
La segunda persona que estaba más ansiosa de abrazarlo, era la pequeña Muriel, que estaba al lado de su madre.
-Hola padre, bienvenido.- Lo saludó Warlock, con su voz y su mirada irradiando ternura.
-Hola mi pequeño.- Le sonrió, mientras revolvía su cabello negro como la noche.
-Es un gusto volver a verlo.- Le sonrió Dagon con nerviosismo y ansias. Crowley solo respondió con una sonrisa y colocándole tiernamente la mano en el hombro.
-¡Padre, quiero cazar contigo!- Le dijo el pequeño. Crowley le sonrió.
-Después pequeño, han preparado un maravilloso banquete por mi llegada y debemos celebrar juntos.-
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Luego de tres días de haber arribado al mercado de esclavos, por fin había sido comprado junto con otro lote, por los collares aparentemente todos eran caros, también notó un patrón; todos los Omegas tenían rasgos finos, agraciados, un color de ojos bonito y buena complexión. Aziraphale nunca se había considerado alguien feo, pero tampoco considerara que calificaría como "mercancía" excepcional, pero no iba a quejarse si eso lo salvaba de los bares y burdeles más bajos. Además había otro factor, seguramente la doctora que lo examinó el primer día se dio cuenta de ello y de los demás; era virgen.
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La Manzana del Emperador
Fantasy🔞⚠ Lectura +18 ⚠ Cuando tienes una vida tranquila y feliz, en un pueblo humilde, pero próspero, nunca piensas que tu destino pueda cambiar drásticamente por una invasión, arrebatándote de todo lo que conoces hacia tierras desconocidas. Eso lo apren...