Corazón Roto

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Dedicatorias:

Lexle94 🍎 kami_n1 🍎Ariaret 🍎  DearAngel_Again🍎 Dianita_Mini 🍎  Elimiri74🍎 MarianaPertuz5   🍎 LukaCrosszeria1

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Era un hermoso y brillante día, el pueblo como siempre hacía sus deberes, el aire olía a pan recién hecho, como si todos los panaderos se hubieran puesto de acuerdo para hornear al mismo día, soplaba un viento de calma que venía del bosque, y una pareja de prometidos paseaba de la mano.

Un joven de blancos cabellos reía mientras su apuesto prometido, de cabello oscuro, le colocaba un diente de león en sus alborotados rizos, comparándolo con un sol saliendo de entre las nubes.

-Basta Gabriel, me avergonzarás frente a mis padres.- Dijo el chico, rojo de vergüenza, aunque sin ocultar su bella sonrisa.

-Saben que nos amamos, además, no falta mucho para la boda y creo que están más ocupados haciendo la compra que poniéndonos atención.- Señaló a una pareja mayor escogiendo fruta en los puestos del mercado.

Los padres compraron todo lo necesario, e incluso, una bonita bufanda azul a su pequeña hija, fue un agradable día en el mercado. Sin embargo, todo cambió de un segundo a todo cambió.

-¡INTRUSOS!-

En un parpadeo, hombres con toscos uniformes, de modales como animales y espadas afiladas, arrasaron con todo lo que tenían enfrente. Algunos lanzaban antorchas a las casas, para obligar a la gente a salir de ahí.

Comenzaron a tomar a los Omegas por la fuerza, la mayoría de los Alfas eran asesinados y con los Betas dependía de que tanto podían reducirlos para raptarlos o matarlos.

Gabriel miró a su alrededor y lo primero que vió, fue una horca. No era ningún guerrero, pero protegería a toda cosa a su amado. Los soldados no tardaron en abalanzarse sobre ellos, sintiendo miles de manos tirando de sus cuerpos y ropas para separarlos.

-¡Gabriel!- Escuchó llorar a Aziraphale en medio de todo el caos.

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-¡Mi amor!- Gritó Crowley.

Afortunadamente había logrado frenar su caída antes que tocara el suelo, tanto Kokabiel como el Emperador habían logrado reducir el impacto cuando Aziraphale de repente colapsó.

-¿Algo que podamos ayudar, mi señor?- Preguntó Beelzebub preocupada.

-No, lo llevaré adentro y llamaremos a la doctora. Los veré en la Sala Este, esperen ahí por favor.- indicó Crowley mientras cargaba a su amado.

Gabriel había estado a punto de intervenir cuando Aziraphale había sido asistido por Kokabiel y Crolwye, pero Beelzebub se lo impidió, sabiendo que crearían problemas. No pudo evitar sentir rabia y tener que disimular cuando el Emperador cargaba al amor de su vida.

La Manzana del EmperadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora