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—Muy bien, todo el mundo a sus lugares —dijo Jennie con voz autoritaria en la sala de ensayos.

Se escuchó de fondo cómo la canción "16 Shots" comenzaba de nuevo.

Las aprendices volvieron a su posición inicial para continuar con la coreografía. Era una canción bastante enérgica y requería mucha concentración para no perder el ritmo.

—¡Quiero más energía! —Jennie llamó la atención a dos chicas que no estaban haciéndolo bien. Llevaban más de cinco horas en la misma habitación, repitiendo los mismos pasos una y otra vez sin lograrlo correctamente. La directora de OA ya estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

Jennie alzó la mano, haciendo que la música se detuviera nuevamente. —Tienen que concentrarse. Si quieren seguir en mi empresa, deben demostrarlo. ¡Otra vez desde el inicio!

Se escuchó cómo varias jóvenes suspiraron de cansancio. Su jefa estaba siendo muy dura con ellas ese día y no sabían por qué. Sentían dolor en las piernas y brazos, ya había pasado la hora de comer, se sentían débiles, pero continuaron bailando bajo las ordenes de la CEO.

—¡De nuevo! —dijo Jennie una vez más desde su posición, su mirada penetrante detallaba cada movimiento, buscando cualquier error.

Notó cómo una chica con gorra se equivocó en un paso, lo que provocó la furia de Jennie.

—¡Paren! —Jennie inhaló y exhaló por la nariz tratando de controlar su mal humor. —Ruka, ven aquí.

La joven se acercó con temor, sus compañeras le dieron apoyo moral con la mirada para enfrentar el regaño que se avecinaba. Ruka bajó la cabeza al encontrarse frente a su jefa.

—Es la tercera vez que te equivocas en el mismo paso. Si sigues así, tú y tus compañeras tendrán que ensayar por una hora más.

Se escuchó un coro de "No, por favor" como respuesta.

—Lo siento mucho, Unnie. Es mi culpa, yo me quedaré ensayando el tiempo que sea necesario, por favor deja ir a mis compañeras.

Jennie alzó las cejas ante las palabras de la joven. Era muy valiente por asumir su error. Le recordaba a la actitud de alguien cuando era aprendiz.

Iba a decir algo cuando fue interrumpida por una voz angelical.

—Jennie, ya basta. Fue suficiente por hoy.

Todos voltearon a mirar hacia Rosé; la emoción de las aprendices se hizo presente al estar en la misma habitación con una de las mejores cantantes de la actualidad y de la empresa. Se escucharon murmullos donde alagaban la belleza de Rosé.

Jennie miro a Rose, sabía que estaba allí para recriminarle su actitud. Suspiró agotada y dijo: Pueden ir a descansar y tu también Ruka.

Las aprendices se inclinaron en señal de respeto hacia su superior y salieron de la sala, dejando a solas a las dos amigas.

—¿Se puede saber qué te pasa? ¿Por qué estabas torturando a esas pobres niñas?

Jennie la miró con reproche.

—No estaba haciendo eso. —Se acercó a una mesa para beber un poco de agua, también estaba agotada de bailar, había perdido la noción del tiempo. —Les estaba exigiendo para que lo hicieran a la perfección.

Rosé se cruzó de brazos.—Entiendo que la disciplina es importante, pero son humanas y necesitan descansar, al igual que tú.

—¿Qué quieres decir?—volteo a mirarla.

—¿Es que no te ves? Últimamente tienes ojeras como si no durmieras, llegas tarde al trabajo, estás enojada todo el día, no quieres que nadie te hable. No entiendo qué te pasa, Jennie.

Enemigas | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora