Enemigas | Jenlisa

21 [Final]

No es un secreto para nadie que la competencia en la industria del K-pop es bastante feroz. Muchas empresas debutaban a numerosos idols y grupos, los cuales eran olvidados en solo un par de meses.

La música es tan desechable que solo unos pocos llegaban a ser verdaderamente exitosos. Decenas de lanzamientos y promociones podían ser tan extenuantes como gratificantes, y mientras algunos artistas alcanzaban la fama global, otros quedaban atrapados en el anonimato.

Solo las mejores agencias lograban sacar lo mejor de sus talentos, ofreciendo una combinación de entrenamiento riguroso, promoción astuta y una pizca de suerte.

Jennie y Lisa eran dos de las pocas mujeres que habían logrado sobresalir en este exigente negocio. Con años de esfuerzo y talento innegable, ambas se habían convertido en referentes del K-pop, no solo como idols, sino también como empresarias visionarias. Y lo que están a punto de hacer ambas este día, va a cambiar de manera significativa sus carreras.

Lisa terminaba de ponerse su reloj Bvlgari, el cual combinaba perfectamente su vestido negro ceñido al cuerpo. Mientras ajustaba el broche de su collar de diamantes, se detuvo un momento para observarse en el espejo. Su rostro era adornado con una sonrisa deslumbrante. Se sentía muy emocionada esta noche, y con razón. Hoy, tanto ella como Jennie tenían un anuncio trascendental que compartir con la prensa, uno que prometía revolucionar la industria.

Anunciarían su nueva empresa.

Cuando estaba a punto de salir de su vestidor, sintió una presencia detrás de ella. Giró lentamente para encontrarse con Jennie, quien recorría todo su cuerpo con una expresión llena de admiración y cariño.

Sin decir una palabra, Jennie se acercó y envolvió a Lisa en un cálido abrazo. El corazón de Lisa se aceleró en tan solo unos segundos al sentir el calor de su amada.

—Estás hermosa esta noche —susurró Jennie, mientras deslizaba una mano por la espalda de Lisa.

Lisa sonrió, la forma en como Jennie la hacía sentir era inexplicable. Estaba muy enamorada de ella. La presencia de su novia la reconfortaba y le daba fuerzas en momentos tan importantes como este.

Se acercó y colocó una mano suavemente en la mejilla de Jennie.—Y tú estás aún más hermosa —respondió Lisa con suavidad— Hoy va a ser un día importante para ambas.

Jennie asintió con una sonrisa y luego se inclinó para besar tiernamente los labios de Lisa, tratando de calmar los nervios de ambas. El beso comenzó suave, pero pronto se volvió más profundo, sus lenguas rozándose lentamente en una danza íntima. La intensidad del momento aumentó, y ambas sabían que, si no se detenían, acabarían entregándose a la pasión una vez más en aquella habitación.

Jennie, con un esfuerzo de voluntad, fue la primera en alejarse. Respirando entrecortadamente, miró a Lisa con una mezcla de deseo y determinación.

—Me encantaría besarte toda la noche, pero tenemos una reunión a la cual ir —dijo Jennie, tratando de recuperar el control.

Lisa, con una sonrisa traviesa, sugirió—: ¿Y si lo aplazamos?

— ¿Otra vez? Lisa, es la segunda vez en esta semana que lo hacemos. Ya nos están odiando los reporteros.

—¿Y qué culpa tengo yo, si cada vez que usas esos vestidos me dan ganas de quitártelos? —Lisa deslizó sus manos por la espalda baja de Jennie, deteniéndose en su perfecto culo, intentando atraerla de nuevo para otro beso. Pero Jennie la detuvo, riendo suavemente.

—Me siento halagada por tus palabras, pero tenemos que trabajar, amor.

La expresión de Lisa se suavizó al escuchar a Jennie llamarla "amor". Desde aquella noche en que confesaron su amor con palabras, besos y más orgasmos, las muestras de cariño entre las dos se habían multiplicado. Su relación había alcanzado un nuevo nivel de intimidad y compromiso, y eso se reflejaba en cada gesto y mirada.