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Salieron ambas de la sala de reuniones con una gran sonrisa en sus rostros y sus corazones latiendo a mil. La tensión seguía palpitando entre ellas, pero ahora se veía acompañada de una complicidad que fortalecía su conexión.

Empezaron a caminar hasta llegar al elevador por donde había llegado Lisa, dándose miradas y sonrisas que hablaban por sí solas.

—¿Tienes las tarde libre o estás ocupada? —preguntó Jennie de forma casual, mientras la dos entraban al elevador.

—La verdad es que no —respondió Lisa en un susurro, consciente del entorno en el que estaban y deseosa de mantener su conversación privada—¿Quieres hacer algo?

Lisa quería recompensar los días perdidos con Jennie a solas. Lo que sucedió minutos atrás solo fue un juego previo de provocación entre dos amantes que se deseaban con locura. Lisa anhelaba algo mas íntimo, quería abrazarla y besarla toda la noche.

—Ya sé lo que estás pensando Lisa—dijo Jennie en voz baja, compartiendo una mirada que reflejaba la intensidad del momento que acababan de vivir.—Pero me encantaría mostrarte la empresa —añadió con una chispa de felicidad en los ojos. Para Jennie, este lugar era su refugio, el resultado de años de esfuerzo y dedicación.

Cada habitación, cada rincón tenía un significado especial para ella, y compartirlo con Lisa era como abrirle una ventana a su mundo interior.

—¿Estás segura? —preguntó Lisa, sintiendo una ligera duda sobre la idea de pasear juntas por los pasillos.

—La gente pensará que solo estamos hablando de negocios. Además, todo aquí es sumamente privado. No te preocupes —le aseguró Jennie, regalándole una sonrisa reconfortante.

Con paso decidido, Jennie condujo a Lisa hasta el tercer piso, donde se encontraban las salas de ensayo. Se trataba de tres espacios amplios, dos destinados al entrenamiento y la tercera, la principal, reservada para los artistas que preparaban nuevas canciones o se presentarían en algún evento importante.

Los pasillos lucían desiertos. La mayoría de las aprendices estaban ocupadas ensayando las nuevas coreografías para la evaluación de este mes. Por lo menos la forma de pasar de desapercibidas funcionaría.

Lisa se sentía emocionada pero también un tanto extraña. Estar en un lugar tan privado con su competencia en la industria musical, especialmente siendo Jennie Kim, era bastante inusual. Todos sabían que estas dos artistas y empresarias eran las mujeres más poderosas en la industria del K-pop en la actualidad. Por eso, las fotos en el restaurante habían causado tanto revuelo; nadie se lo esperaba.

Pero con el paso de los días, Lisa notó que no todos los comentarios fueron negativos. Muchas personas las apoyaron a ambas, haciendo tendencia sus nombres y pidiendo que se respetaran su privacidad. Algunos especulaban que tal vez si eran amigas, pero los comentarios amarillistas de los medios coreanos y de la gente las habían alejado. Otros les agrado la idea de verlas juntas, e incluso comenzaron a crear un "ship" entre ellas llamado "Jenlisa".

A Lisa le causó mucha gracia esta última parte.

En fin, la gente ya no las veía como rivales, sino como buenas amigas, y le gustaba bastante que pensaran así.

Cuando llegaron a las salas de ensayo, Jennie señaló hacia adentro, donde se podía observar a través de los cristales a las aprendices practicar eficazmente sus coreografías.

—Nadie nos ve de adentro hacia afuera, así que puedes mirar con tranquilidad.

Lisa se acercó para observar más de cerca, impresionada por la dedicación y la habilidad de las jóvenes. La atmósfera estaba llena de energía y determinación, podía sentir la emoción en el aire mientras las chicas se esforzaban por perfeccionar sus movimientos.

Enemigas | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora