Enemigas | Jenlisa

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A lo largo de su vida, Lisa había enfrentado numerosos desafíos que la llevaron a crecer y madurar más rápido de lo habitual. Desde una edad temprana, tuvo que aprender a valerse por sí misma al mudarse sola a una ciudad desconocida como lo era Seul.

Adaptarse a un nuevo entorno y aprender un idioma completamente nuevo fue solo el comienzo de su trayectoria llena de retos.

Lisa se abrió camino en la industria musical, enfrentando cada obstáculo con coraje y dedicación. Recuerda con claridad la emoción y los nervios de su primer concierto, así como la alegría al ganar su primer premio en toda su carrera.

Cuando fundó su empresa y miles de personas querían formar parte de ella. O cuando le dieron un reconocimiento por ser un ejemplo a seguir en Tailandia, su país natal.

Sin embargo, ningún desafío anterior se comparaba con la perspectiva de volver a encontrarse con Jennie, la empresaria elegante y con el rostro hecho por los mismos ángeles.

Jennie despertaba una atracción inexplicable en su interior.

No dejaba de pensarla, como si fuera una maldita colegiala. Se miraba al espejo y se sonrojaba recordando los momentos donde se besan con tanta hambre.

Lisa no podía negar que era un imán para atraer a las mujeres, era fácil que cayeran en sus encantos. Siempre sus amantes volvían a ella como perras en celo por una dosis mas de placer. Pero en esta ocasión es todo lo contrario.

Estaba desesperada por volver a probar a Jennie, por sentir como clavaba sus uñas en su cuello, como sus labios encajaban perfectamente y sus lenguas entraban en sus bocas provocando como su parte sensible se contraiga por la excitación, extrañaba sentir el clitoris hinchado bajo de la morena en sus dedos.

Estaba obsesionada con aquella morena.

Pero ahora todo había cambiado. No esperaba que después de su encuentro inesperado en aquel restaurante, las vincularan a ambas en un rumor de citas.

En otra ocasión le hubiera dado igual. Era común que la fotografiaran saliendo con alguna chica, agarradas de la mano o saliendo de algún hotel juntas.

Sin embargo, esta vez quería mandar a la mierda a la prensa coreana y a las personas que las fotografiaron ese día. Su instinto asesino se disipó al ver tantos comentarios hacia ella y Jennie en las redes sociales.

Y es que no le molestaba que las personas pensaran que estaban juntas; de hecho, le pareció bastante tierno cuando vio una foto de ellas dos sonriendo. Era la primera vez en mucho tiempo que compartían un momento tan a gusto.

Lo que realmente no le gustaba era que ahora ya no podía acercarse a Jennie ni estar juntas en un evento sin que los rumores se disiparan, provocando incomodidad incluso al saludarse

Era egoísta, pero quería tener a Jennie solo para ella, sin que nadie más interfiriera.

Es así como a la mañana siguiente, decidió tomar cartas en el asunto y convocó a sus abogados. Después de horas de discusión sobre los términos que vinculaban a Jennie, hizo público su comunicado. Nunca lo había hecho, era la primera vez que daba este tipo de anuncios acerca de su vida personal, pero con Jennie sentía que valía la pena.

Se preocupaba profundamente por el bienestar de Jennie, y después de escucharla hablar el otro día sobre sus proyectos a futuro con su nuevo grupo, algo en su interior se removió. Estaba orgullosa de lo que Jennie estaba apunto de crear, y un rumor de citas era lo último que necesitaba la morena en ese momento.