Enemigas | Jenlisa

17

A tropiezos entraron a la casa, mientras no dejaban de besarse de una forma muy hambrienta. La pasión era tan desbordante que era difícil distinguir quién le estaba comiendo la boca de quién; sus lenguas se entrelazaban ferozmente.

Había pasado muchas horas desde la última vez que se habían tocado o besado y cada segundo sin tener contacto solo avivaba el fuego de su deseo.

Con un movimiento veloz, Lisa empujó a Jennie, pegara su rostro contra la pared, devorando su cuello con besos, mientras sentía como su parte mas sensible empezaba a mojarse al sentir el culo de Jennie moviéndose en su entrepierna. Un pequeño gemido apenas perceptible escapó de sus labios, entregándose a esta sensación tan deliciosa que le estaba dando Jennie. Si fuera un hombre, seguramente en este momento estaría con una erección bastante notable.

Tener a una mujer como Jennie a tu lado no era para débiles.

Poco a poco, se adentraron hasta la sala, sin preocuparse por llegar a su habitación, la cual compartían. La urgencia del momento era demasiado apremiante.

Estaba claro que Lisa dejó en evidencia muchas entre ellas dos en la fiesta cuando se fueron de esa forma, pero es que fue inevitable. Ver a Jennie bailar de esa forma con Jisoo y Rosé despertó en ella su instinto de asesina. Y si, había perdido la apuesta imaginaria que habían pacto entre las dos, pero es ni en sus peores pesadillas pensaba que casi acabarían besándose las tres.

—Espera gatita—Lisa interrumpió el beso para tomar el rostro de la morena entre sus manos—Creo que no te has ganado todavía tu premio.

—Pero ¿Porqué?—pregunto Jennie inocente.

—Sabes...esa actuación tuya en la pista de baile me molestó un poco, cariño.

—¿En serio? No veo por qué, solo estaba divirtiéndome.—Jennie descendió sus manos por todo el abdomen de Lisa, dándole a entender a su novia que no era momento de reclamos y mas de acción.

—Te ibas a besar con ellas dos.—Lisa alzó sus cejas, dándole una mirada de advertencia.

—Y lo estabas disfrutando...—Jennie mordió sus labios con fuerza, recordando la mirada tan penetratante de su novia cuando estaba bailando con Rosé y Jisoo.

Estaba claro que sus intensiones no era besarse con ellas dos, pero la situación se fue volviendo más comprometedora hasta que Lisa la alejó de ellas y terminó comiéndole la boca en los baños de la discoteca, mientras esperaban su trasporte.

—Un poco... pero no acordamos nada de besos.—respondió Lisa con amargura.

Jennie dejó escapar una risita traviesa mientras acariciaba suavemente el rostro de Lisa con la yema de sus dedos, una expresión de complicidad bailando en sus ojos—Entiendo... Supongo que tendré que compensarte adecuadamente, ¿no es así? —susurró, con una pizca de malicia.

Lisa le devolvió la sonrisa con otra más juguetona, sus labios curvándose en una expresión traviesa. —Sí. Y sé exactamente cómo puedes hacerlo —respondió, acercándose un poco más a Jennie para rozar sus labios con los suyos en un beso lento y sensual.

Sus manos hábiles empezaron a desnudarla por completo, dejándola solo con los tacones puestos, creando una imagen erótica que desató una chispa de deseo en la habitación.

—Arrodíllate —ordenó Lisa con voz firme, su mirada mezclada de deseo y autoridad.

Jennie, obediente, se arrodilló frente a Lisa, su cuerpo desnudo ante los ojos de su amante. Aunque estaba excitada, no podía evitar sentir una pizca de vulnerabilidad ante la mirada ardiente de Lisa.