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En ocasiones, la vida trataba a Jennie de la mejor manera, ofreciéndole momentos de alegría y satisfacción, pero otras veces parecía burlarse de ella, presentándole desafíos y obstáculos inesperados.

Era consciente de que en cualquier momento podría cruzarse con Lisa.

Sin embargo, no se imaginó que se encontrarían tan pronto y menos de esta manera, aún resonaba en su mente con claridad lo ocurrido entre ellas dos, dejándola con sentimientos encontrados.

Todavía no había asimilado por completo el intercambio tan caluroso que tuvieron en la oficina. Jennie aún podía sentir los suaves labios de Lisa sobre los suyos, su aroma exquisito mezclado con sus respiraciones, una experiencia que la dejó con un anhelo insatisfecho y una sensación de confusión.

Pero como era habitual, las cosas rara vez salían como esperaba. Ahora teniéndola a solo unos metros de su mesa, le confirmó que aún no se sentía preparada para enfrentarlo.

Jennie frunció el ceño con sorpresa y algo de emoción. A su vez, recibió una encantadora sonrisa de Lisa.

—Estoy empezando a creer que el destino nos quiere ver juntas.—comentó Lisa con un tono burlón, rompiendo el silencio.

Jennie soltó una risa sarcástica.

—O eres una acosadora Manobal—respondió, alzando una ceja con diversión mientras cruzaba los brazos.—¿Tienes alguna obsesión conmigo?

—Tal vez la tenga...—contestó Lisa, como de costumbre, siendo directa y dejándola sin palabras.

Se miraron fijamente durante unos segundos, sin importarles si su interacción llamaba la atención de los demás comensales del restaurante. Ambas se negaban a apartar la mirada de la otra. Se habían extrañado, eso estaba claro.

Pero ninguna de las dos estaría dispuesta a admitirlo.

El ambiente cambió de inmediato, era una mezcla de orgullo, excitación, incertidumbre, rabia, desesperación, de todo un poco.

—¿Se puede saber que haces aquí?.—preguntó la morena.

—Estaba hablando con un nuevo compositor para la empresa y me invitaron a comer aquí.—explicó Lisa, acomodándose el cabello como solía hacerlo.—No sabía que eras una cliente habitual.

—Si lo soy, pero tal vez cambie de lugar.

Lisa sonrió. —¿Por que quieres huir de mi?

—Siempre traes problemas, Lisa.

Antes de que Lisa pudiera responder con otra broma, fueron interrumpidas por la llegada de Ahyeon.

—Lo siento por la demora, Señorita Kim. Había mucha gente afuera y... —Ahyeon miró sorprendida al darse cuenta que Jennie y Lisa estaban en el mismo lugar, además notando una leve tensión entre ambas. —Oh, Señorita Lalisa, no sabía que estarías aquí. ¿Interrumpo una conversación importante?

—Para nada, Ahyeon. Ella ya se iba. —Jennie se levantó de su asiento y le hizo una seña a Lisa para que se marchara. —¿Verdad?

Lisa reflexionó sobre la situación. —Espera, ¿invitaste a Ahyeon para hablar del contrato? Me sorprende tus tácticas de soborno.

—No es ningún soborno. —Jennie se acercó a Lisa para enfrentarla. —Me gusta hablar con los artistas, independientemente de la decisión que tomen. Se trata de tener empatía.

—Es evidente que invitarla a comer hoy, a solas las dos, puede tener cierta influencia. Pensé que habíamos quedado en algo. —Lisa respondió con un tono autoritario.

Enemigas | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora