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Al otro día, Jennie recibió un correo que provenía de LLOUD.

Donde le informaban el día y la hora en la que era citada por Lalisa Manobal para discutir ciertos temas. 

La disputada por la talentosa Ahyeon avivó una mezcla de emociones dentro de ella. Sabía que esta reunión sería crucial para el futuro de su compañía y estaba ansiosa por defender su posición.

Sin embargo, más allá de la preocupación profesional, un sentimiento más íntimo la invadió: el encuentro tan intenso que tuvo con Lisa el fin de semana.

Los recuerdos de ese momento la asaltaron, haciendo que su corazón latiera con fuerza y sus mejillas se calentaran. No supo en que momento las dos cruzaron esa barrera de ser dos empresarias que se odiaban a convertirse en algo tan intimo. Se habían coqueteado descaradamente, Lisa con sus caricias y Jennie entregándose a ellas.

Había algo en la cercanía de Lisa, en su mirada penetrante y en su voz seductora, que despertaba algo en Jennie. A pesar de sus intentos por resistirse, se dio cuenta de que se sentía atraída por ella de una manera que no había experimentado desde hace mucho tiempo.

Jennie se encontraba en un dilema emocional, debatiéndose entre la lealtad a su empresa y los deseos que despertaba en ella la presencia de Lisa.

Mientras se preparaba para el encuentro, una pregunta resonaba en su mente: ¿podría mantenerse firme frente a Lisa y proteger lo que consideraba suyo, o sucumbiría a la atracción que sentía hacia ella?

Muy pronto lo iba a averiguar.

En este momento se dirigía hacia las instalaciones de la empresa LLOUD.

Al llegar, quedó asombrada por la magnitud del edificio. Aunque solo lo había visto en fotos un par de veces, mientras leía algún artículo sobre los logros de Lisa, verlo en persona era impresionante.

Se dirigió hacia el estacionamiento reservado exclusivamente para ella, como lo había descrito en el correo. Al bajarse de su carro, fue recibida por una mujer bastante atractiva.

—¡Bienvenida Señorita Kim!, Por favor, sígame por aquí.—dijo la secretaria con un tono cortés.

Jennie respondió con una sonrisa amable. Cuando se abrió el ascensor, noto que el color negro predominaba en todo el lugar y varias fotografías de su CEO adornaban las paredes.

Observó que en algunas fotos mostraban a Lisa en sus primeros años como cantante, otras recibiendo premios y en sus conciertos. En cada una de ellas, Lisa irradiaba una sonrisa sincera.

"Ella nació para esto", pensó Jennie para sí misma con una sonrisa en los labios, pero su expresión fue borrada al llegar a una imponente puerta con las iniciales "L.M."

La secretaria abrió la puerta.

Al entrar, Jennie vio a Lisa de pie junto a la gran ventana, con una mano descansando sobre ella mientras sostenía un vaso de whisky en la otra.

—Aquí esta la Señorita Kim.

—Muchas gracias Diana puedes retirarte.—respondió Lisa sin siquiera voltearse para mirar a su invitada.

Las puertas se cerraron detrás, dejando a Jennie sola en la habitación con Lisa. Se quedó inmóvil, era incapaz de moverse del lugar. La presencia imponente de Lisa, combinada con el ambiente lujoso del lugar, la hacía sentir pequeña y vulnerable.

¿Donde estaba la Jennie tan decidida de aquella noche?

Lisa dio un último trago a su whisky antes de finalmente dirigir su mirada en ella.

Enemigas | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora