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Las expresiones en los rostros de todas parecían sacadas de una película de comedia, y lo más gracioso es que nadie estaba lo suficientemente sobria como para distinguir si lo que presenciaban era real o simplemente una ilusión provocada por el alcohol.

Ninguna sabía cómo reaccionar.

Lisa intentaba tapar el cuerpo desnudo de Jennie con un par de almohadas encontradas en el mueble cercano, mientras que Rosé permanecía quieta en la entrada, con los ojos abiertos como platos. La situación era mucho más reveladora de lo que esperaba; se imaginaba encontrar a su mejor amiga comiéndose la boca a Lisa, no gimiendo encima de ella en pleno orgasmo.

El trance de Rosé se rompió cuando Jisoo estalló en risas, rompiendo el incómodo silencio que había inundado la habitación.

—¡Vaya, parece que no pierden el tiempo ustedes dos! —exclamó Jisoo entre risas, mientras observaba como el rostro pálido de Lisa no podía ocultar su vergüenza.

—¿Estás viendo lo mismo que yo? —preguntó Rosé a su novia sorprendida.

—No es lo que parece, Rosie...—intentó explicar Jennie, sintiendo cómo el rubor teñía sus mejillas mientras trataba de tapar sus pechos.

—Claro que sí, están ensuciando mis almohadas —respondió Rosé, indignada, olvidándose por completo que habían dos mujeres desnudas en medio de la habitación.

Tal vez, si se había pasado un poco con las copas.

—Tranquila, cariño, mañana te compro unas nuevas —intervino Jisoo con gracia, tomando las manos de Rosé y llevándola hacia su habitación principal antes de que dijera otra barbaridad.

Sabía que estaban lo suficientemente ebrias como para continuar con esa conversación en ese momento. Y antes de retirarse le guiñó el ojo a Lisa para luego susurrar "Que lo disfrutes".

Cuando estuvieron a solas, Jennie y Lisa se dieron una mirada cómplice y soltaron una carcajada por el momento tan extraño que acababan de vivir.

—No puedo creer que nuestras mejores amigas nos hayan visto desnudas.—mencionó Lisa.

—Mira el lado bueno... al menos no nos vieron cuando me dabas latigazos en el cu...

—¡Jennie! —La risa de la morena resonó en la habitación. —Ni siquiera quiero imaginarlo, ¡ que vergüenza! —Lisa se tapó el rostro con las manos.

Jennie soltó una risita.

—Mañana nos esperan muchas preguntas, eso está claro. —Lisa asintió con seriedad. Sabía que Rosé, y por supuesto Jisoo, tendrán curiosidad por lo que presenciaron, y no sería fácil explicarlo. Sin duda querrán saber como de un momento a otro se involucró con Jennie de esa forma tan intima y más sabiendo que era su supuesta enemiga.

—¿Y si Rosé me odia? —Lisa preguntó con preocupación, su voz reflejaba la incertidumbre que sentía ante la posibilidad de que la relación entre Jennie y la rubia se viera afectada.

—Tranquila, amor, algo me dice que no será así.—Jennie tomó el rostro de Lisa entre sus manos y le dio un beso en la frente. —Todo saldrá bien. —Tras estas palabras, sus labios se unieron en un beso más profundo, transmitiendo miles de sentimientos positivos. Lisa la abrazó con cariño, deslizando sus manos por la espalda desnuda de la morena.

—Ahora, ¿en qué estábamos?...—Su voz grave resonó, mientras descendía sus manos para posarlas en el culo de la morena y apretarlo, incitándola a comenzar otra ronda más. Sin embargo, fue detenida por la misma morena.

—Si no quieres que te odien por tus gritos, mejor vayamos a la habitación. —Jennie le dio un beso corto antes de levantarse del regazo de Lisa y comenzar a caminar por el pasillo, ofreciendo un espectáculo tentador con el movimiento sensual de sus caderas, provocando a su novia.

Enemigas | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora