capitulo 14

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Nirelle Pov's.

La mañana está fría así que elijo unos vaqueros con una remera azul, aunque no quiero sacarme la sudadera de Astor lo hago y la dejo en mi cama, no tengo intención de devolvérsela.

No sé cómo sera nuestro día, después de la conversación de ayer no sé lo que me espera.

Bajo las escaleras impaciente por verlo, llegó a la cocina y lo encuentro de espaldas, por lo que veo preparando café.

—Buenos días — doy un paso tímidamente.

Él se da la vuelta.

— Buenos días corazón, nos prepare el desayuno — una media sonrisa sale de él y siento una punzada en mi vientre.

—Bien, ¿Necesitas ayuda con algo? — me acerco un poco más.

— Puedes llevar los cafés, pensé en desayunar afuera — le doy un asentimiento y me acerco a la cafetera, cuando él sale de la cocina tomo dos tazas y sirvo.

Al salir afuera una briza me da la bienvenida, aunque a mucha gente no le guste el invierno yo estoy soñando que ya llegué, tan solo pensar en los cafés, las siestas y la navidad, la navidad pasada fue la primera que pase sola.

Al principio creí que estaría triste, pero fue todo lo contrario, aunque no puede conseguir un árbol navideño, prepare una cena increíble.

Solo para mí.

Tomó asiento al lado de Astor, pensé que escogería la mesa, pero en cambio él eligió el juego de sillones, apoyó las tazas en la pequeña mesa ratona que parece de cristal y que no había notado antes.

El paisaje que nos da el jardín hoy tiene un brillo diferente, aunque no cambio nada todo parece mágico y como la conjugación de los colores combina todo tan bien.

—¿Tiene final? — pregunto luego de un rato, no hace falta que especifique él sabe a lo que me refiero.

— No, todo me pertenece — me mira directamente.

—¿Esta casa la compraste o la heredaste? — como un trozo de la tostada que tiene una mermelada de ciruela.

— La compré hace un año — toma un poco de café — ¿Te gusta?

Lo miró y frunzo las cejas.

—¿Estás hablando en serio? — cómo puede preguntar eso — me encanta, es como una casa soñada.

— Elegí bien — solo dice eso.

—¿A qué te refieres? — lo miró con curiosidad.

— Nada, no te preocupes — termina su café — tengo que decirte que estaré fuera unos días.

Mi cara cambia completamente.

—¿Por qué? — mi voz sale más triste de lo que creí.

— Unos asuntos que debo atender, pero no te preocupes, Alexander — su tono fue diferente cuando pronuncia su nombre — se quedará contigo.

— Oh, está bien — bajó la mirada, no es que no me guste Alex, pero me siento segura con él.

— ¿Qué pasa corazón? — toca mi mandíbula y la levanta suavemente, su mirada encuentra la mía.

— Nada, no te preocupes — me salgo de su agarre y me pongo de pie — acomodare esto.

Junto todo en la bandeja y entró rápido a la casa.

Una sensación de vacío inunda mi cuerpo, no quiero que se vaya, pero quien soy yo para retenerlo.

Una vez que termino de acomodar todo Astor aparece en la cocina.

Un vínculo oscuro (Borrador) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora