Nirelle Pov'sAstor me mira y trato de analizar sus palabras, pero él no me da tiempo que empieza a quitarme el chándal, las bragas y luego la remera.
— Quemaré todo esto — hable para sí mismo mientras me ayuda a subir a la tina.
—¿De qué olor hablas? — pregunto mientras me siento.
Él toma una esponja y empieza por mis pies.
— Nosotros tenemos un olor característico, es como nuestra esencia — empieza a explicar mientras sus manos se dirigen a mis piernas —los humanos también lo tienen, pero es muy bajo a comparación de nosotros. En este caso mi olor opaco el tuyo y sirve para que los demás demonios sepan que eres mía.
Lo escuchó atentamente, pero sus masajes tienen un efecto diferente en mí, deseo que siga tocándome y cada vez que sus manos se acercan a mi entrepierna ruego por que siga por más.
Pero no, debo de concentrarme en lo importante.
—Bueno cuéntamelo todo —hablo con un tono firme, para que él no pueda notar mi excitación, sus ojos se oscurecen un poco y sé que lo siente.
— ¿Todo? — La sonrisa que me da hace que me moje más, algo que destaco de Astor es que muy pocas veces sonríe, pero cada vez que lo hace es una de mis cosas favoritas de él.
—Todo, no dejes nada afuera —el asiente y sus manos van a pelo que toma un recipiente y lo moja poco a poco.
— Quiero que sepas que pase lo que pase no te dejaré, eres mía Nirelle y te daría todo el tiempo del mundo para que te dieras cuenta de que perteneces a mi lado, porque sé que te quedarías conmigo eternamente.
Sus palabras hacen estragos en mí, mi cara se sonroja, pero el solo presta atención a mi pelo que ahora tiene un poco de shampoo.
— Cuando nos encontramos en el bar no fue la primera vez que nos conocíamos —trato de buscar sus ojos, pero él no me deja —escucha y luego pregunta —asiento y cierro mis ojos — te vi hace un año atrás, yo iba de paso con Alexander cuando regresamos de Nueva York. No me notaste en ningún momento, pero te vi o bueno te sentí en el momento que saliste de la florería y corriste para perseguir a un anciano que se olvidó sus flores.
Si lo recuerdo, el señor Robert, es un poco olvidadizo, siempre una vez a la semana se presentaba para conseguir tulipanes para su esposa, como siempre hablamos de más era muy frecuente que se olvidara su ramo.
— En ese momento toda mi vida cambió, porque mi corazon latió por primera vez —esta vez me giro hacia a él.
—¿Como? —pregunto mirando su pecho y luego sus ojos.
— Los demonios y algunos ángeles cuando encontremos a nuestra alma gemela nuestro corazón empieza a latir. — agarra mis manos y las apoya en el centro de su pecho — vi tus ojos, vi tu pelo, vi tu sonrisa y lo supe — puedo sentir sus latidos — estoy dispuesto hacer lo imposible para que estes a mi lado, no existo si no es a tu lado, volvería a pasar mil años en soledad solo para que mi recompensa fuera tu.
Lagrimas caen de mí y me abalanzo a sus brazos para darle un beso cálido, lleno de amor, no importa que este empapándolo, solo quiero sentirlo.
Me ayuda a levantarme y se espera para tomar una toalla, trato de hacerlo yo misma, pero él aparta mis manos y lo hace por sí mismo.
Antes de él la idea que alguien me viera desnuda me aterraba un poco, sé que no soy perfecta y tengo varias estrías, algunas van en mi estómago y las otras en el contorno de mi pecho, aunque me mantuve con mi peso sé que nunca se irán por completo, pero ahora las amo, ahora las veo como un mapa en mi cuerpo, son lo que me distingue y aprendí que la belleza no dura para siempre y no volveré a tener diecinueve otra vez. Así que tengo que aprovechar mi vida.
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Un vínculo oscuro (Borrador)
FantasyTodo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confiar en ellos, ellos son caos, la personificación del mal, porque ellos son... +18