IV - Min Yoongi

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VEINTISEÍS DÍAS ANTES DEL RETIRO

Nos levantamos de las bancas. La misa ha terminado, podemos ir en paz, eso sería si no estuviéramos reunidos junto al ambigú, intentando socializar como si todos realmente fuéramos hermanos.

Mi padre es el que más se relaciona con los demás, pregonando estatus y charlando sobre temas tan banales que me hacen bostezar, mi madre está callada como siempre.

Sin embargo, el aburrimiento se termina cuando el pastor se acerca a nuestra mesa, automáticamente los tres nos levantamos de nuestros asientos y hacemos una reverencia completa, creo que si mi padre pudiera nos obligaría a besar el suelo por dónde camina Min Seonwoo, el pastor de la iglesia.

La mirada de Min Seonwoo es bastante fría para ser el dirigente de la parroquia, pero a nadie además de mí parece molestarle. Sus ojos pequeños y cejas arqueadas lo hacen incluso ver como un tirano, pero mis padres insisten en que es algo así como Dios. Aunque suene blasfemo.

—Buen día hermanos, ¿disfrutaron la ceremonia el día de hoy? —pregunta con cordialidad mientras nos da un repaso de pies a cabeza, juzga si mis zapatos están limpios, mi pantalón liso y mi camisa bien fajada, sé que mis padres también sienten eso porque conforme pasa el tiempo, nuestros ropajes para asistir a misa han ido aumentando de precio.

Mi padre lo elogia, mi madre dice un sonoro "Sí" y yo asiento como una máquina humanoide.

—Sé que tu hijo está interesado en el retiro para jóvenes varones —empieza su retahíla—, nos encantaría recibirlo en las cabañas este periodo, Sukyeol —sonríe y sus ojos se arrugan, comienza a molestarme que hablen sobre mí como si no estuviera. No me empieza a agradar que tomen decisiones por mí.

Mis padres lucen contentos por la respuesta positiva, yo simplemente pienso en que no asistiré a los cursos para probar el examen de ingreso a la universidad. Si es que la universidad sigue en los planes de mis padres.

—Le hablaré a mi hijo para preguntarle si hay espacio para uno más —y como si fuera un soldado, con una simple mirada, Min Yoongi, el hijo único de Min Seonwoo y la difunta Min Jihye, se acerca.

Su presencia es igual a la de su padre, o al menos eso quiero creer, no posee ese aire de superioridad, pero ser hijo del pastor automáticamente te lo otorga. Creo que no le agrado, siempre se acerca a hablar con el grupo de jóvenes de la iglesia, pero ni siquiera hace el intento de entablar alguna conversación conmigo, y hasta ahí todo estuviera correcto, si no lo hubiera escuchado un día pedir cambiar de lugar en las sillas porque no quería rezar junto a mí. No lo dijo explícitamente, pero sé que fue porque yo estaba a su lado.

Min Yoongi es más parecido a su madre, de su padre solamente posee los ojos pequeños y quizá algunos otros pequeños detalles que no percibo, sin embargo, el hijo del pastor es prácticamente una copia de su madre Jihye. Debió haber sido un golpe duro para alguien tan egocéntrico como Seonwoo.

—Hijo, los hermanos Park busca un lugar para su hijo en el próximo retiro —explica y como si ya supiera que contestar, la mirada de Yoongi se centra en su padre.

—Ya no hay espacio padre.

Y ahí noto un ligero desacuerdo entre los dos. Casi imperceptible, los ojos del señor Min gobiernan sobre su hijo y sé que hay una pelea interna. Es extraño. Es como si se dijeran más con la mirada. Más de lo que podemos captar. Aparentemente mis padres no lo notan.

—Busca un lugar para Park Jimin, él quiere acompañarnos, hijo —su tono es tranquilo, pero severo.

—Las cabañas están llenas, padre, no creo que...

—Hijo, no podemos negarle la experiencia a nuestro compañero, sé que encontrarás un espacio para él —interrumpe, coloca una mano sobre el hombro de su hijo y Yoongi asiente a regañadientes.

Esa acción me recordó a la que haces con un perro.

Todas esas emociones son percibidas únicamente por mí. Mis padres se niegan a ver más allá de la opulencia de la pequeña, pero poderosa familia Min.

—Sí, organizaremos las cabañas y haré un espacio para ti, Park Jimin —se dirige a mí y me toma por sorpresa. Es la primera vez que me habla más de tres palabras, está incómodo, con el rostro ligeramente rojo y la vista fija en mí.

—Eso estaría maravilloso, pastor Min, muchas gracias, nuestro hijo quiere ser un buen siervo del señor, sé que el retiro para reafirmar su amor a Dios le ayudará.

—Estoy seguro que sí, hermano.

El pastor se despide con elegancia, su hijo lo hace de la misma forma, mis padres hablan expectantes y agradecidos por la decisión del pastor Min, pero a mí lo que más me llama la atención es la interacción familiar entre esos dos hombres. A la lejanía hablan, ambos siendo casi de la misma estatura, pero Yoongi siendo más delgado y con el cabello ligeramente más largo, el Pastor luce calmo, pero su hijo, a juzgar por su expresión corporal, está siendo reprimido.

Min Yoongi hizo algo mal.

Y no sé qué es.

🐏

Otro capítulo de este bb, besitos, actualizaré el fin de semana ❤️‍🩹

Cordero de Dios «YoonMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora