XXIII - Bajo la ventisca

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🔞: ab*so s*xual , vi*lación

XXIII

Estamos haciendo fila bajo la ventisca, me abrazo a mí mismo y lamo mis labios resecos por el clima tan inoportuno. Jungkook está parado frente a mí, con claro nerviosismo y acongojo. Min Yoongi está casi al principio, no sé su razón, supongo que piensa que en cuanto más rápido pasamos por esto, más rápido se acaba.

El primero entra y después de casi treinta minutos sale con los ojos enrojecidos, temblando y cabizbajo, pareciera que va tener un ataque de pánico ahí mismo.

Juego con mis manos, entrelazo los dedos y observo como Yoongi entra por esa puerta de madera vieja.

-Jimin -volteo hacia atrás y veo a una chica de mi edad, se ve bastante angustiada-. Hola.

-Oh, hola.

-Soy Yongsun, te miré algunas veces en la congregación, soy parte del coro.

Recuerdo su rostro jovial y le sonrío, ella es la que tiene la mejor voz de todo el coro, me felicitó cuando hice mi audición hace años y me dio ánimos cuando fracasé. Contándola a ella, van cinco mujeres que veo en el retiro, me pregunto si su pecado será el mismo que el mío.

-Hola, no te había visto -digo sin saber exactamente cómo comportarme con alguien con quien no me llevo.

-Vengo cada retiro. ¿Es tu primera vez aquí, cierto? -pregunta con una sonrisa condescendiente, como si sintiera pena por mí. Me es imposible no prestar atención a su párpado izquierdo amoratado e inflamado.

-Sí -contesto seco sin querer, simplemente soy cohibido con las personas con las cuales recién me relaciono.

-Y... ¿cuál es tu pecado? -pregunta casi justo en mi oído. No sé su motivo, pero hay algo en sus ojos irritados que me dice que no es mala persona.

-¿Cuál es el tuyo? -respondo a la defensiva y Yongsun ríe mientras ve hacia todos lados y después, de su pantalón, saca una pequeña fotografía doblada a la mitad.

-Ella es Byulyi, mi padre nos descubrió teniendo sexo hace tres años -me enseña orgullosa la fotografía y veo lo maltratada que está, pareciera que no tiene otro recuerdo de Byulyi mas que ese-. Ella estaba aquí hace tiempo, pero fue curada.

-¿Curada? ¿O sea que sí puedes curarte de ser esto? -digo con total sinceridad, abro mis ojos impresionado.

-Yo aún no he sido curada. Supongo que es diferente con cada uno.

Oh.

-¿Y cuánto tienes viniendo aquí? -pregunto con el mismo tono bajo que ella usó.

-Este es mi tercer año -guarda la fotografía con cierta decepción.

¿Tercer año? Lleva tres años viniendo a este lugar alejado de Dios, ¿cómo es posible?

-¿Y cómo haz aguantado?

-¿Aguantar qué?

-Eh... los... malos tratos -digo ansioso por creer haber hablado de más.

-Te acostumbras.

Lo dudo.

-¿Y tú crees que Dios se manifiesta a través de golpes?

-¿Y tú crees que se manifiesta a través de la homosexualidad? -contesta altiva y juraría que hay una pizca de dolor en su respuesta, quizás así soné cuando hablé hoy con Yoongi: necio.

No digo mucho después de eso. Jungkook me habla diciéndome que una nube tiene forma de pato y se parece a mí y me hace reír. A los minutos, Yoongi salió de ahí impávido, con los ojos enrojecidos, pero sin ningún daño visible, eso me relajó y me hizo notar que estaba con los hombros tensos durante todo el tiempo hasta que Yoongi salió.

Cordero de Dios «YoonMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora