XXIV - Me siento sucio

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XXIV 

Mi estómago se retuerce y vomito, el sabor agrio da más asco y otra arcada me ataca provocándome un cólico. Ni siquiera pude ver a los demás de la fila cuando salí, sentía que todos lo sabían. Sentía que todos me escucharon hacerle sexo oral a ese hombre. No sabía de esa práctica sexual sino hasta hace unos días cuando nos instruyeron en la capilla sobre las formas sexuales en las que ofendemos a Dios.

Agradezco que no haya nadie en los baños para asearme. Pero a pesar de limpiar con brusquedad mi rostro y boca, la suciedad no se va. Me siento sucio. ¿Eso es ser homosexual? Cuando pensé que lo era, no me sentía tan... manchado, es como mugre que no se va pese a tallar con fuerza y echar agua.

¿Yo tuve la culpa? Sí, ¿no? Supongo que esto es ser un pecador, alguien repugnante. Si yo no fuera esto, no me sentiría tan ensuciado. ¿Así se sienten los demás?

No quiero ser esto.

Lloro y ahogo un grito mordiendo mi camiseta gris. La sangre manchó mi ropa, mi garganta arde y me rehúso a tener que contestar alguna pregunta de regreso en la cabaña. ¿Todos pasaron por lo mismo o sólo fui yo? No creo, Yoongi me hubiera avisado, él es mi amigo, ¿no?

¿Tengo amigos? ¿Tengo algún tipo de aliado en esto?

—Park —hablan detrás de la puerta de la ducha individual. Me asusta la voz rasposa y mi cuerpo tiembla—. ¿Estás ahí?

Mis jadeos cesan para que Yoongi no note mi llanto imparable.

—Sí —intento calmar mi voz para que Yoongi no note mi garganta llena de lágrimas.

—Estaba preocupado, no habías regresado a la cabaña y pensé que te habían golpeado.

—Estoy bien —contesto ahogado, sintiéndome desleal y un cobarde. Una rata rastrera que se esconde cuando la tiran en el lodo.

—¿Puedes abrir?

No.

—No —digo con todos mis sentidos en alerta, sintiéndome protegido por esa puerta vieja de bisagras oxidadas.

—Mmm... ¿Vas a bañarte? ¿Quieres un cambio de ropa? —insiste Yoongi.

Ni siquiera planeé bañarme, solo corrí hacia la ducha y abrí el grifo para quitar la inmundicia de mi piel.

—No, yo iré por ella.

—¿Estás seguro? Dejaste tu cambio para bañarte en la cama, puedo ir y...

—Te dije que no. ¿Por qué no entiendes un "no"? —contesto más resentido de lo que quería y el silencio de Yoongi me hace sentir una aflicción en el pecho.

—Bien —escucho los pasos alejarse de Yoongi y ya que me encuentro solo vuelvo a llorar desconsolado.

Calmo mi respiración y a los minutos salgo de la ducha.

Limpio por último mis lágrimas y me topo con mi ropa para dormir doblada delicadamente sobre una mesa cercana, mi estómago se retuerce por las acciones de Yoongi y de nuevo un sentimiento amargo se instaura en mí.

Entro nuevamente a la ducha y me enjabono agresivo, agradezco que Yoongi me trajera mi jabón en barra. El agua está más fría y sale a presión recordándome cuando Hajoon nos bañó hace días.

Cuando llegué a este sitio no pensé que todo se tornara oscuro tan rápido, siempre mantuve las esperanzas en un cambio. Y creo que es posible que se haga, aunque no sepa exactamente qué cambiar.

¿El sexo gay es así? Agresivo, doloroso e indecente. Yo definitivamente no quiero ser eso, me aterra tener que volver a vivir otro encuentro como el de hoy. Tosco. Sucio. Nauseabundo.

En contra de mi voluntad, salgo de las duchas con una desconfianza colosal. Temiendo de todos y de todo, viendo hacia los lados creyendo que alguien saldrá de la oscuridad a atacarme.

Cargando mi ropa sucia, regreso a la cabaña y entro sin hacer mucho ruido, de reojo veo a Yoongi acostado y tapado, pretendo que es otra entrada normal al sitio. Sin embargo, el rápido movimiento de Yoongi me asusta.

—¿Qué pasó? —dice ya sentado en su cama y clavándome los ojos en la espalda.

¿Se nota? ¿Eso que hice es visible? Mi cuerpo se torna cálido, como si fuera a enfermar de un resfrío. ¿Yoongi sabe? ¿Lo llega a sospechar? ¿Él sabía que algo así podría pasarme? ¿Él sabe que ellos son repulsivos?

Y si... ¿y si simplemente se me nota? ¿Algo cambió en mí? ¿Me sigo viendo sucio? ¿Yoongi piensa que soy asqueroso? ¿Todos lo piensan?

Ni siquiera sé cómo verle la cara, estoy tan... avergonzado.

Y tengo mucho miedo, ni siquiera sé exactamente por qué, pero me aterra que sepan lo que pasó, ¿y si me ven como alguien inmundo? Alguien que provocó lo que sucedió.

—Jimin, estoy hablándote —dice serio y ¿preocupado?... ¿molesto?

Acomodo mi ropa sucia en una bolsa, recordándome que tengo que llevarla a lavar.

—Eh, sí, ¿qué pasa? —me dirijo a él de lo más normal, viendo el suelo y notando que ya vendó sus piernas sin mi ayuda.

—¿Cómo te sientes? ¿Estuvo muy mal? —habla más comprensivo y de nuevo mi estómago da una punzada, pero intento calmarme.

—Eh... Sí —sigo sin verle y observo mis manos, están sangrando de nuevo, al parecer rasqué donde se estaban creando las costras—. ¿Tienes banditas?

Yoongi saca unas banditas de su maleta y me las otorga.

—¿Te ayudo?

Niego, pero mi vista se torna borrosa, parpadeo un par de veces y curo mis manos temblorosas entre sí.

—Gracias.

—Tengo más banditas por si ocupas —brinda con voz templada—. ¿Cómo te fue? ¿Fueron muchos videos?

—Sí —contesto plano y Yoongi busca mi mirada. Anocheció muy rápido, lo agradezco—. Perdón por contestarte así en los baños, estoy un poco... atónito por todo.

—Sí, entiendo, las primeras veces es horrible.

—¿Va haber más veces? —pregunto confundido y claramente perturbado.

—Siempre las hay.

Y las ganas de vomitar me atacan de nuevo, cubro abochornado mi boca. No quiero soltar mi bilis frente a Yoongi. Oh, mierda, voy hacerlo.

—¡Jimin! —escucho como me habla mientras salgo de la cabaña, directo a esconderme para vomitar. No pasan muchos segundos, para sentir el caminado torpe de Yoongi y sus manos tocándome los hombros para sostenerme—. Tranquilo, tranquilo —me calma como a un niño y contrario a lo que pensaba, me siento confortado—, sólo tenemos que resistir hasta que acabe y después regresaremos.

—Ya quiero irme —hablo con voz rasposa, evito llorar porque me siento tonto al hacerlo, no soluciono nada.

Quiero enterrar ese inmundo suceso muy profundo y ya no ser capaz de recordarlo hasta mi muerte.

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Cordero de Dios «YoonMin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora