Me quedé petrificada al escuchar esas palabras de Kally. ¿Hunter, su novio? No podía creerlo. De repente, todas las interacciones entre Hunter y yo cobraron un significado completamente diferente. Me sentí como si el suelo se abriera bajo mis pies, mostrándome una realidad que no quería ver.
Sentí un nudo en la garganta y un peso en el pecho que me impedía respirar con normalidad. ¿Cómo pude ser tan ingenua como para haberme enamorado de él? Me sentí avergonzada por haber caído en sus encantos sin siquiera darme cuenta de que estaba en una relación.
Me esforcé por mantener la compostura. Levanté la comisura de mis labios en una sonrisa forzada y saludé a Hunter como si no hubiera escuchado nada fuera de lo común.
— ¡Hola, Hunter! —hablé con voz normal, pero por dentro me sentía destrozada. Todo lo que pensaba sobre Hunter se desvaneció en un instante, dejándome vulnerable y expuesta a mis propias emociones.
Él me miró unos segundos, y solo me sonrió. Hunter volvió a su entrenamiento, y nos quedamos solo las tres. Continuamos hablando de cosas sin sentido, tratando de mantener una apariencia de normalidad. Pero en mi mente, seguía dando vueltas la revelación que había escuchado antes.
Finalmente, decidí acercarme a mi hermano Aiden, que estaba entrenando con él. Me acerqué a él con cautela y le pregunté en voz baja: —¿Aiden, crees que ya podemos irnos a casa? —Aiden levantó la vista y me miró con una expresión seria.
—Maki, aún necesito seguir entrenando un poco más. Pero no te preocupes, le pediré a Hunter que te acompañe a casa. —respondió.
Quise negarme, pero solo me quede callada. Vuelvo con ellas y le pregunto a Nia si nos vamos, pero ella quiere quedarse con Aiden. Asiento y solo espero a Hunter...
Veo como Aiden habla con él. Hunter recoge sus cosas y se acerca a nosotras. —Kally, ¿vienes? —él le sonríe y se pone su sudadera. —No, descuida. Yo me quedaré aquí —comenta Kally, guiñandole un ojo.
Salimos juntos del lugar y comenzamos a caminar hacia mi casa. Sin embargo, algo dentro de mí me impedía mirarlo directamente. Evitaba su mirada y me adelantaba un poco, manteniendo una distancia incómoda entre nosotros.
Después de caminar en silencio, llegamos a mi casa. Estaba a punto de abrir la puerta cuando de repente, Hunter tomó mi brazo con brusquedad, casi como si estuviera jugando. Sus dedos se cerraron alrededor de mi piel.
— ¿Qué te sucede, Maki? ¿Por qué estás actuando así? —preguntó con un tono sarcástico en su voz. Sus cejas se alzaron en un gesto de incredulidad, mostrando su falta de interés genuino.
— ¿Acaso te dolió que no te mirara? —continuó Hunter. Su mano aún sostenía mi brazo con suavidad. Sus ojos grises se clavaron en los míos, buscando una reacción, una confirmación de que sus palabras habían dejado una marca en mí.
— No, no me dolió en absoluto. —respondí con un tono de voz firme y seguro. Mis labios se curvaron en una sonrisa forzada, tratando de transmitir una sensación de control.
Hunter frunció el ceño ligeramente, y sus labios se torcieron en una pequeña sonrisa burlona, como si estuviera disfrutando de mi negación.
—Oh, vaya, entonces supongo que fue solo mi imaginación. —murmuró con un tono de voz lleno de incredulidad.
Mi expresión se mantuvo imperturbable, pero por dentro, sentí frustración. Sabía que estaba mintiendo, que su indiferencia me había afectado más de lo que quería admitir. Pero no iba a darle el placer de saberlo.
Aparto mi brazo bruscamente, me doy la vuelta y abro la puerta. —Quizás no debería haber sido tan duro contigo. —susurró Hunter con un tono de voz suave y sincero.
Mis ojos se abrieron ligeramente ante sus palabras inesperadas, pero fingí no haberlo escuchado. Cerré la puerta detras de mi, fuí a mi habitación y lance mi bolso a la cama.
Me obligué a mantener la compostura y a no dejarme llevar por sus palabras. Sabía que no podía confiar en él, que su actitud cambiante era parte de su naturaleza.
Mi teléfono celular vibró con un mensaje entrante. Lo agarré rápidamente y vi que era un mensaje de mi madre. Decía: "Hoy no llegaré a casa, ordena comida con tu hermano".
Me pregunté si mi madre estaba bien y si había algún motivo detrás de su ausencia. Sacudí la cabeza para alejar las preocupaciones.
Me tumbé en el sofá y poco a poco, el cansancio se apoderó de mí. Mis párpados se volvieron pesados y mi mente se desconectó lentamente. Sin darme cuenta, me quedé dormida en el sofá.
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Silly Love
RomanceMaki, una estudiante, se encuentra lidiando con sentimientos complicados hacia su amigo Hunter, mientras también navega por las complejidades de la amistad y los conflictos escolares. Ella se promete a sí misma ganarse el corazón de Hunter antes de...