Silly Love

Capítulo 9

Me acerco a mi madre y la veo. —Hola, Hunter. — Lo saludé con mi mano. —Hola, Mak. —Él me miró y me sonrió.  —Los dejaré solos, estaré en mi habitación por si me necesitan. diviértanse. —avisa mi madre, yendo hacia su habitación. —Bay mamá. —concluí dirigiendo mi mirada a Hunter. 

 —¿Cómo estás? —él preguntó.  —Bien, ¿y tú? —respondí. —Creo que estoy mejor ahora que estoy contigo. —Bromea, acercándose a mí.

Siento un ligero rubor en mis mejillas, mis manos sudan un poco y la comisura de mis labios se inclina en una leve sonrisa.

—Qué gracioso. —contesto sarcástica con una risa nerviosa. —Esperame aquí, iré a buscar mi bolso en mi habitación — le comento, señalándole una silla al lado de la mesa.

Alrededor de 2 minutos volví a la sala. Me senté a su lado y saqué mi cuaderno, junto con mis lapices y borradores. —¿Empezamos? —consulté, observando sus hermosos ojos.

—Empecemos. —él me mira y una dulce sonrisa se forma en sus labios. 

Por mientras él saca su cuaderno y su lápiz, lanzamos ideas sobre el comienzo del proyecto. Plasmamos esas ideas en una hoja e investigamos en internet. Pasada una hora, encontramos más información y tomamos apuntes. —Por cierto, yo me encargaré de las partes ilustrativas. —Aclaré.

—De acuerdo. Tu hermano ya me ha hablado de tus dibujos y de lo buena que eres.

—¿Te habló de mis dibujos? ¿Te mostró alguno? Espero que no.

—¿Por qué? ¿Dibujas cosas raras? ¿Acaso me dibujas a mí?

Mi corazón comienza a latir con rapidez e intento disimular. —No, yo no dibujo ese tipo de cosas, solo dibujos simples, sin ningún contexto.

—Lo sé, solo estoy bromeando. Él solo me ha dicho que eres muy buena. Espero que no se haya equivocado al hacerme ilusiones.

—No me subestimes.

—Bueno, te dejo eso a ti. No me decepciones.

—No lo haré.

A medida que hablamos, nuestras miradas se encuentran de forma casual. Inclino mi mano para agarrar el borrador y accidentalmente, sin darme cuenta, mi mano se desliza suavemente sobre la de Hunter, pero rápidamente la retiro, sintiendo cómo me ruborizo. 

Me invade una mezcla de sorpresa y vergüenza. Mí corazón me late rápido y siento un cosquilleo en el estómago mientras intento disimular mi reacción. Aunque fue accidental, no puedo evitar preguntarme si él también sintió algo en ese momento.

Levanto mi mirada tímidamente hacia él y puedo notar un muy leve rubor en sus mejillas, mientras mira fijamente mis ojos.

—Parece que este trabajo nos llevará más de lo que creíamos. —Se aclara la garganta y aparta su mirada, llevándola hacia su hoja.

—Definitivamente. —murmuro avergonzada.

Pasamos otras dos horas escribiendo y bocetando hasta que se hizo tarde. El cansancio comenzaba a hacerse presente, y Hunter rompió el silencio.

 —Ya tengo que irme, es tarde. —anunció Hunter, recogiendo sus cosas y levantándose de su asiento.

—Es verdad, se nos fue el tiempo —respondí, acompañándolo hasta la puerta.

—Me alegra que hayamos tenido la oportunidad de escribir y bocetar juntos. —agregué mirando sus ojos.

—Definitivamente. Me lo he pasado muy bien hoy. Continuemos en otro momento —afirmó

Hunter se detuvo frente a la puerta, mirándome con una sonrisa amistosa. —Buenas noches, Maki. —dijo, despidiéndose con cortesía. —Buenas noches, Hunter. Nos vemos pronto —respondí, deseándole una noche agradable.

Con eso, Hunter se alejó. Cerré la puerta detrás de él, sintiéndome Feliz y emocionada Recogí mis cosas de la sala llevándolas a mi habitación, revisé mi celular y veo un mensaje de Aiden en el grupo familiar, avisando que se quedará a dormir en casa de Nia. 

—Crecen tan rápido. —pensé mientras me recostaba en mi cama. Cerré mis ojos, dejándome llevar por el sueño y recordando el roce de nuestras manos. Se sintió tan raro, y a la vez tan mágico. Quisiera ser como mi hermano e ir de frente con mis sentimientos. ¡Pero soy tan cobarde!

Me acuesto de lado y me duermo poco a poco. Al día siguiente, me preparé para ir a la escuela. Desayuné rápidamente y una vez allí, en el receso, me reuní con mis amigas, para compartirles lo que había sucedido con Hunter.

Sentadas en un rincón tranquilo del patio, no podía contener mi emoción y comencé a relatar los eventos de la noche anterior.

—Chicas, ¡tienen que escuchar lo que pasó ayer con Hunter! —exclamé, con los ojos brillantes de emoción.

Nia inclinó su cuerpo hacia adelante, ansiosa por escucharme. —¡Cuéntanos todo, Maki!, —dijo con una sonrisa radiante.

Empecé a narrar los detalles, describiendo cómo habíamos pasado horas escribiendo y bocetando juntos. Menciono el momento en el que sus manos se rozaron accidentalmente con las mías, haciendo que mi corazón latiera más rápido. Nia rió emocionada.

 —¡Eso suena tan romántico! Estoy feliz por ti. Parece que tienen algo de quimica. —comentó con una mirada de complicidad.

Sin embargo, Kally, con una expresión de desaprobación, trató de minimizar el hecho. —Maki, no te hagas ilusiones. Solo fue un accidente sin importancia. No deberías emocionarte tanto por eso. —dijo con tono de desdén.