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27. LA PARTE FAVORITA
Amelia.
Reprimo una sonrisa y exprese la gracia que me dio pidiéndome eso con esa cara, muerdo mis labios para dar un giro siguiéndole la corriente.
—¿Estoy aprobada? —pregunto mitad en broma y otra de verdad.
Facundo sonríe casi mostrando sus dientes, pero lo reprime poniéndose serio y tapándose la boca con la mano un momento hasta que levanta un dedo con un pedido.
—¿Podes dar una vuelta?
¿Qué?
Reprimo una sonrisa y expreso la gracia que me dio pidiéndome eso con esa cara, muerdo mis labios para dar un giro siguiéndole la corriente.
—¿Y?
Al volver a verlo ya sonríe con los labios para acercarse con una mano levantada que la termina dejando en mi cuello. Su mentón casi choca con mi frente y en ese momento su perfume se cola por mi nariz. Cierro mis ojos sintiendo aquel aroma que era diferente al otro que ya podía identificar de tantas veces que lo sentí, este era diferente o uno nuevo.
—Sos hermosa Amelia. —habla en un tono que me seduce bastante.
Abrí mis ojos para levantar la cabeza para verlo y me quedo viendo sus ojos. Me encantaban sus ojitos, su color que a veces daba como miel y otras veces parecían ser oscuros intensos y ahora podía ver ese color miel. También me gustaba como sus pestañas rubias lo acompañaban muy bien.
Pensaba corresponder ese comentario cuando simplemente me calla cuando choca lentamente sus labios con los míos que claramente lo aceptó más que bien. La textura casi pegajosa de mi gloss se mezcla definitivamente en el beso cuando creo que lo sentí en mi lengua, en ese segundo se corta el beso y al mirar los labios de Facu es así. Sonrío viendo como mayor parte de su labio inferior tenía otro color y obvio que otro brillo. Y me río cuando su otra mano va a su labio tratando de quitarse el producto, pero a medias, sabía que no le saldría muy fácil así que me separé un poco de él para sacar de mi cartera un disco de algodón.
—No sale eh. —lo escucho decir mientras cerraba la cartera.
Al verlo estaba casi serio mojándose los labios y digo serio de forma concentrada. Lo interrumpo para retirarle el resto del labial. Sonrío porque pienso que tendría que agradecer que este gloss que llevaba no sea de un color oscuro, sino que era transparente.
