28. EL DIA DESPUÉS
Permanezco en esa posición con mí rostro en su cuello por un tiempo largo donde comienzo a recuperar el aliento. Él no se movió más, sabía que estaba vivo sólo porque su pecho subía y bajaba muy rápido hasta que empecé a sentir que respiraba a una velocidad normal. Por más que querría seguir encima de él siento que a la vez es una posición incómoda de estar todavía muy juntos, él literalmente todavía estaba dentro de mí. Decido facilitarle la cosa así que salgo, me bajo de él para apoyar mí cuerpo en la cama.
Mis ojos van al techo que estaba medio iluminado, más por la luz que venía del pasillo.
—¿Estás bien? —giro mí cabeza lentamente, de repente me sentía muy cansada.
Lo que veo es la carita de Facundo de lado, parecía seguir muy serio, asiento y lo siguiente que hace es que toma aire para levantarse de la cama. La primera vista que tengo cuando se sienta es de su espalda desnuda y segundos después se levanta de la cama con ambas manos sobre su parte, lo pierdo ya cuando se posiciona detrás, osea delante de la cama buscando seguramente su boxer. Emite un sonido con su boca y seguido veo algo aproximándose arriba de mí cabeza.
—¿Querés agua?
Casi sonrío entre ese estado de coma que entre al verlo a dado vuelta en esa posición.
—Te agradecería. —murmure con una media sonrisa.
Noto una sonrisa fugaz de su parte y después solo tengo la vista de su techo nuevamente. Al darme cuenta que salió tome fuerza para sentarme, desde esa posición observo a los costado de la cama en busca de mi ropa interior. No lo veía, giro para buscar en el frente de la cama y me terminó levantando rápidamente al ver que estaba un poco lejos de mí alcance.
Entre tanto silencio puedo apreciar el sonido del agua cayendo del otro lado, probablemente de la pileta del baño. No pasa mucho que se escucha el ruido de la puerta seguido de unos pasos alejándose y no sé qué hacer, si volver a la cama o sentarse en ella, cubrirme o qué.
Está bien, garchamos, pero la situación es un poquitito incómoda al no tener una remera a mano o corpiño para cubrirme. No puedo pensar más cuando Facundo ingresa esta vez con el boxer puesto a la habitación y con un vaso de agua en su mano. No se que hacer sinceramente o que cara poner, lo acepto y me tomo un trago largo cuando lo veo caminar hacía su placard. No le quitó la mirada a su espalda y a la vista que me daba solo vestido con boxer. Por alguna razón sentía como si fuera más alto, no sé por qué, tal vez porque estaba acostumbrada a verlo siempre con prendas un poco más grandes que por ahí se perdía un poco la dimensión que en sí Facundo era alto. Segundos después cierra la puerta corrediza con algo en la mano, es una remera suya, negra.
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Frenesí | Facundo Colidio
Fanfictionsobre la naturaleza embriagadora y absorbente de una relación intensa y sobre todo apasionada.