42. ALGUNAS DUDAS.
Facundo.
Entre primero a la segunda habitación que estaba desocupada para ver en el piso las cuatro cajas que quedaban de pertenencias de Clara. Me acerco y me freno casi al momento que me doy cuenta que seguía sin remera así que me hago a un lado para mirar a Clara.
—Fijate cuál querés que lleve. Ya vuelvo. —señalo con mí cabeza a las cajas.
Salgo rápidamente de la habitación para irme a la mía y buscar una remera del placard. Antes de salir tomo aire para volver a ir a la otra habitación con el pensamiento de que esto era incómodo porque Amelia estaba en el departamento. Precisamente en la cocina y no sé si después de un mes que le dije a Clara que viniera a retirar sus últimas cosas quería que fuera en este preciso momento.
—¿Esas me las podes llevar?
Ella me señala a dos de las más grandes y asiento con la cabeza sin problemas para agacharme, afilar las cajas y luego alzarlas.
—¿Vos podes llevar esas dos? —cuestione.
Solo que quedaban dos cajas medianas y una más chica.
—Sí Facu, yo los llevo.
Asiento para salir de la habitación avisando que iría saliendo primero y al pasar por el acceso de la cocina solo observo para confirmar que Amelia ni siquiera estaba a la vista. Llegó a la puerta esperando que Clara llegué, no salía todavía de la habitación y ahí miro que en el pasillo, fuera de mí habitación, estaban a la vista las zapatillas de Amelia. No tengo tiempo de asimilar nada cuando Clara sale con las cajas así que cómo puedo trato de abrir la puerta esperando que ella saliera primero para después si ya cerrar la puerta del departamento. El descenso en el ascensor es silencioso también lo es salir de él y solo se escucha como Clara saluda al encargado que nos observa salir con esas cajas. Le da un asentimiento de cabeza hacía mí ex pareja y luego me mira con la misma cara.
Ya afuera distingo el auto de Clara más cuando se dirige hacía él. Lo primero que hace es bajar las cajas para sacarle el seguro y dirigirse hacía la cajuela. La abre y ahí soy el primero en acercarse para dejar las dos cajas más grandes tratando de acomodarla ahí cuando ella me habla.
—Bauti te extraña.
Me giré a verla brevemente viendo cómo su mirada me demuestra lo contrario a lo que fue dentro del departamento. Vuelvo a mirar las cajas y tragué saliva.
—¿Sí? —hablo desde la sinceridad contesto—. Yo también. ¿Cómo anda? ¿Bien?
También intentó demostrar que no me afectó un poco la mención del nene.
—Sí, bien. Miro el partido con el papá y nada, sabes que le gusta más estar ahí. —menciona.
Eso me hace esbozar media sonrisa.
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Frenesí | Facundo Colidio
Fanfictionsobre la naturaleza embriagadora y absorbente de una relación intensa y sobre todo apasionada.