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31. UNA AYUDA DE
LOS COLIDIO











26 DE DICIEMBRE.





Facundo.

El día y la noche parecía ir bien hasta que ya no. Todo se volvió incierto y todo comenzó con un mensaje que recibí de Amelia hace un par de horas. Al leerlo por un momento corto me asuste y luego pensé que podía estar haciéndome una joda o algo así. Dejé de pensar en esa idea cuando me di cuenta que no respondió a mis mensajes.

Todas las alarmas se encendieron cuando su foto de perfil ya no aparecía y pensé lo peor, me bloqueó.

Releí su mensaje porque no entendía la razón por la cual me estaba pidiendo que no la vuelva a escribir y lo repaso en mi cabeza justo en el medio de una reunión que tenía con unos amigos. Era imposible averiguar que pasaba con Amelia cuando estaba con amigos por lo cuál comenzó a jugarme en contra los pensamientos que se me venían cuando ella no respondía. Me doy cuenta que no me bloqueó, tal vez solo me borró de sus contactos. Una buena. Los mensajes llegaban y parecía que ella igualmente no iba a responderme ninguno. La llamé una vez, dos y tres, nada. Ella no iba a contestar ni a responderme.

¿Y por qué? No tengo la mínima idea.

Releo nuestra conversación, la última y más atrás. Nada, todo parecía bien. Incluso hablamos ésta mañana así que no entendía nada de lo que estaba pasando y su reacción. La llamó una vez más y está vez no deja que siga sonando sino que lo corta automáticamente. Ahora sí es en serio.

Ingreso en desesperación y no sé qué hacer, salgo de WhatsApp solo para ver si no me dejó alguna explicación por Instagram porque la última vez que la vi y noté molestia fue por esa entrevista post partido. No sé por qué pienso que podría ser algo así hasta que recuerdo que yo no hice nada. No, definitivamente no tengo nada ahí y tampoco me escribió por allí así que ingresó a su perfil. Tenía el círculo en su perfil y miro que estaba en un bar. Bueno, puede ser que por eso no me contesté ahí, quiero tranquilizarme con eso, así que espero.

Volví con mis amigos haciendo que pasé la hora y tal vez ella me escriba, tenía un mínimo de esperanza. Ya cuando pasa media hora y sigo viendo que ella no respondió mis mensajes comienzo a preocuparme en serio. Salgo nuevamente de la charla con mis amigos para intentar que me atienda y lo logró, pero solo me desespera aún más que ella parecía muy enojada. No puedo entender los ruidos que se escuchan del lado de su línea y simplemente me desespero, le pregunté dónde estaba para buscarla y hablar. Ella me confunde una vez diciéndome que no quería verme, eso lo escuché perfectamente y me incómoda en la forma que se la oía.

Frenesí | Facundo ColidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora