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21. TODA LA VERDAD.








Facundo se levanta bruscamente al escuchar el tono de llamada de su teléfono. Recoge su teléfono que lo dejó debajo de una de las almohadas y atiende sin antes ver quién lo necesitaba.

—¿Dónde estás, perrito? Hace media hora ya comenzó el entrenamiento. —escucha del otro lado de la línea y abre sus ojos totalmente asustado.

Observa dónde estaba parado en ese momento, en su habitación, en la cama durmiendo. Pega el salto en la cama para ver cómo el cuarto estaba iluminado. Las imágenes de la noche anterior se le vienen y siente que se le baja aquel cagazo de estar llegando tarde al entrenamiento.

—Sos un hijo de puta, Pablo. —se queja para volver a tirarse en la cama llevándose la mano a la cara.

Del otro lado se escuchan las carcajadas de su compañero y ahora amigo del club quién se divertía porque obtuvo la reacción que esperaba.

—Sabía que todavía ibas a estar durmiendo boludo. —aclara y vuelve a soltar una carcajada cargosa—. ¿Qué onda anoche? ¿A qué hora te fuiste?

Facundo cierra los ojos por un momento y los vuelve a abrir.

—No sé, no muy tarde... Al rato que se fueron con Ese ya me vine. —cuenta carraspeando.

—¿Y? Al final, ¿Pudiste arreglar las cosas con la flaca? —pregunta interesado.

Facundo se lleva la mano a su cabello recordando que Amelia la trajo al departamento. Si, ella la trajo en su auto, si que hablaron y lo que pensó después de que ingresó a su departamento antes de quedarse dormido hasta recién.

—Sí, algo así...

—¿Cómo que algo así? —cuestiona algo molesto Solari y a la vez no comprende a Colidio—. No nos hiciste ir al pedo allá por un "algo así" hermano...

—Es que es medio complicado.

Facundo se sincera soltando un suspiro y escucha nuevamente hablar al otro jugador.

—¿Pero hablaste o no perro?

Pablo insiste nuevamente, esta vez riendo.

—Tengo que hablar con Clara... —calma seguro y eso sorprende del otro lado a su cómplice de anoche—. Antes de saber exactamente en qué quedamos.

—¿Ya vas a hablar con Clara? —cuestiona asombrado de haber escuchado bien—. ¿Seguro?

—No, no estoy muy seguro. Es lo que debería hacer, no sé, estoy mezclando todo y necesito un poco de paz hermano.

Pablo permanece en silencio hasta que simplemente decide aportar algo más.

—Pensalo hermanito, sabes que si es alguna calentura, solo de pasada, no vale la pena hablarlo con tu novia. Podes dejarlo pasar...

Frenesí | Facundo ColidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora