Bien, tercer capítulo y espero que sea el último de la transición. He estado probando por mi cuenta nuevas formas de mejorar mi narrativa para el inicio del segundo arco. Es decir, momentos en primera persona o desde el punto de vista de un personaje ajeno a las escenas. Espero les guste este capítulo, ya que he intentado de la mejor forma posible explicar algunas cosas y revelar otras que tenía en mente.
"Es mejor una verdad cruel que una ilusión agradable"
—Edward Abbey
Nathaniel se extrañó al recibir esta vez un mensaje de Adrien, todavía era temprano y ni siquiera le había dado tiempo a desayunar, pero su amigo le convenció que podrían invadir por un momento la cocina de Alix para hacer algo sin quemar la casa.
Salió de su habitación mientras se vestía con una camiseta y bajó al primer piso, allí estaba Laura con un plato de crepes y una taza de café, sentada mientras intentaba usar un tenedor para poder comer su desayuno.
—Buen día —saludó el pelirrojo, levantando con suavidad la mano y recibiendo un gruñido corto en respuesta. Laura casi no había hablado desde que llegó con ellos, solo se limitaba a dar gruñidos u hacer otro tipo de sonidos para intentar comunicarse.
—Nath, hijo, el desayuno está listo —le avisó su madre, saliendo de la cocina con un plato humeante repleto de crepes que le hizo agua la boca—. Por cierto, ayer revisé y tenemos muchos kilos de carne en el congelador, ¿te parece si el fin de semana hacemos algo?
Al oír la palabra carne, algo en su interior se revolvió.
Laura pareció compartir su reacción, pues esta sonrió y asintió varias veces con la cabeza en dirección a su madre. Ahora debían sumar la carne a la lista de comidas que la pelinegra aceptaba comer por cuenta propia.
—No puedo quedarme a desayunar, mamá, iré al departamento de Alix, parece que algo ha ocurrido —respondió Nathaniel, mordiéndose la lengua y sintiéndose mal al ver el tierno puchero que adornaba el rostro de su madre—. Mamá...
—Al menos dime que sí a lo del fin de semana —refunfuñó su madre, sentándose a la mesa y dejando el plato hecho frente a Laura, que sonrió ampliamente y se los sirvió de inmediato.
—Claro, mamá, eso estaría bien —sonrió Nathaniel, acercándose y plantándole un beso en la frente mientras le acariciaba las mejillas—. Ya tengo que irme.
Ambos se miraron a los ojos y la mujer le tomó dos mechones largos del cabello, tirando de ellos con una sonrisa.
—Tienes el cabello largo —comentó su madre, sonriendo ampliamente y llevándose una mano al bolsillo de su delantal rojo para tomar una pequeña goma elástica y mostrársela—. Creo que es el momento.
Nath se puso rojo hasta las orejas y desvió la mirada, Laura le sonreía con burla y utilizaba sus garras para empalar las crepes y metérselas en la boca de golpe.
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Simbionte en París | Miraculous - 1
Teen FictionA sus 17 años de edad y siendo rechazado por la chica de sus sueños, Nathaniel Kurtzberg pensó que nada podía ser peor, sin embargo, el destino le tenía guardado un final. Un accidente automovilístico junto a su compañera de trabajo lo cambia absolu...