Capítulo Dos

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Antes del capítulo, quiero disculparme por la larga espera, pero estoy a mitad de la gran remontada del año en este semestre universitario.
Ahora, este es el capítulo dos, ya saben que pueden dejar todas sus ideas en los comentarios, siempre abierto a sugerencias y a leer todo lo que pongan. Este capítulo llega a ustedes gracias a mi amigo Optimus Quispe que espero le vaya bien con su columna.
Debo hacer más separadores, para el siguiente cap seguro, también díganme si les gustaría ver algunos bocetos de los diseños que hago para la historia.

"Todo el mundo ve lo que aparentas ser, pocos experimentan lo que realmente eres"

- Nicolás Maquiavelo.

Un cañón sónico fue disparado desde arriba, impactando cerca de Venom y obligándolo a replegarse

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Un cañón sónico fue disparado desde arriba, impactando cerca de Venom y obligándolo a replegarse.

El comandante Aarons se quedó quieto, procesando que estuvo a menos de un segundo de ser el jinete sin cabeza. Pero sin caballo, lo cual era menos divertido.

—¡Comandante! ¡¿Se encuentra bien?! —preguntó uno de los soldados desde la escalera superior. El cañón en sus brazos con la luz encendida y expulsando humo por la parte inferior, destinada al cargador.

—Sí... —reconoció Aarons, volviendo en sí y tomando su arma, ubicada en la parte trasera de su cinturón—. ¡Llama al equipo beta, necesitamos refuerzos!

—¡A la orden, señor! —el soldado salió corriendo de inmediato hacia las camionetas.

—¿Traerás refuerzos? —preguntó Venom, sacando su larga lengua y balanceándola en el aire-. Cobarde, creí que solo seriamos tú y yo.

—Sí, claro —pronunció con sarcasmo el adulto, apuntando con su pistola hacia la cabeza del simbionte—. Mis órdenes prohíben que te mate, pero si no me dejas opción, lo haré.

—No me hagas reír, esa pequeña cosita tuya ni siquiera me hará un rasguño.

—El tamaño no siempre importa.

—Creo que intentas buscar consuelo —soltó Venom con una sonrisa burlona.

—Seguimos hablando del arma, ¿cierto? —preguntó Aarons con fastidio, no sabía que el proyecto secreto que le obligaron a buscar tenía un sentido del humor tan torcido.

Una carcajada proveniente del simbionte le hizo enarcar la ceja.

—¡Señor, los refuerzos están en camino! —anunció el soldado de hace unos minutos, que posicionó con cuidado el cañón sónico.

—¡Entrégate, o recibirás un disparo más potente que el anterior! —amenazó Aarons, quitando el seguro de la pistola.

—Me importa un carajo —dijo Venom.

—No digas que no te lo advertí.

—Tampoco te diría nada, marica.

Un gruñido proveniente del comandante fue la señal que necesitó el soldado de arriba para disparar nuevamente.

Simbionte en París | Miraculous - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora