Capítulo Diez

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Bien, en medio de exámenes hay este capítulo, espero poder sacar el otro la siguiente semana o la otra, agradezco mucho a los que les gusta la historia, espero sus opiniones y comentarios. Por otra parte, llegué a los 200 seguidores hace poco, lo cuál es increíble, para alguien que al iniciar no tenía ni diez, es como, un impulso hacia adelante. Lo agradezco mucho.

"No hay nada que un hombre no sea capaz de hacer cuando una mujer le mira"

—Casanova.

—Venom, ¿sabes qué fue lo que ocurrió con Cindy?

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—Venom, ¿sabes qué fue lo que ocurrió con Cindy?

Nathaniel estaba sentado en una de las mesas de la biblioteca, con dos libros sobre ecuaciones de segundo grado abiertos a ambos lados y una expresión de muerto viviente en el rostro.

—Esa niña, siento que ya la vi en alguna parte —respondió el simbionte en su interior, distrayendo a Nathaniel de su tarea de Matemáticas Avanzadas.

—Según Adrien, vivía en la calle —recordó el pelirrojo, escribiendo la respuesta de la ecuación y comprobando si no se había equivocado en la operación de dicho ejercicio.

—No podría decir eso, solo que la mirada de esa niña es extraña...

Venom se calló de pronto, dejando a Nathaniel sumido en su habitual silencio. Decidió no darle más vueltas al asunto de Cindy, aunque era cierto que todo se le hacía muy raro, no sabía prácticamente nada del tipo que según Venom lo estaba buscando, estaba caminando a ciegas e intentando evitar una flecha directa a la frente.

—Quizá pueda pedirle ayuda a Adrien —musitó el pelirrojo, resolviendo el último ejercicio del listado, ahora solo tendría que escanear las cuatro hojas y enviarlas para su revisión.

Guardó sus hojas y bolígrafos en su mochila y se la puso al hombro, puso la silla en su lugar y salió de la biblioteca sin hacer ruido alguno. Una vez cruzó las pesadas puertas de madera, el ajetreo al otro lado del pasillo lo despertó de una burbuja en la que el sonido era inexistente.

—Oh, ahí estás, Nath. —Alix lo sujetó del hombro y procedió a arrastrarlo por la corriente del pasillo. No era para nada común ver a tantas personas cruzándose y yendo de un lado a otro a esas horas, normalmente eso ocurría a las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.

—Alix, ¿sabes qué está pasando? —preguntó Nathaniel, confundido mientras era llevado por la de cabello fucsia y esquivaba a las personas como si estuviera en un campo de asteroides.

—Hoy hay un evento en el auditorio, parece que anunciarán algo bueno, yo qué sé, no me interesan esas cosas —desestimó Alix, encogiéndose de hombros y deslizándose con sus patines por los pasillos de la escuela, algo que Nathaniel apenas había notado.

—Alix, ¿no te dijeron que te suspenderían si volvías a hacerlo? —preguntó preocupado el pelirrojo.

—¿Ah sí? Da igual, no va a pasar nada —expresó Alix sin temor o preocupación alguna—. Una visita más al director no me hará daño.

Simbionte en París | Miraculous - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora