Capítulo Seis

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Y aquí está el siguiente capítulo, estrenamos algunos separadores y hacemos que avancen ciertas cositas, espero les guste y como ya saben, cualquier opinión o idea que tengan es bien recibida. También quiero hacer una mención especial a los artistas que hicieron los dibujos que tomé para los diseños, que sepan que el crédito es suyo y que si todo sale bien, pronto podría enseñarles algunos bocetos míos de los personajes.

"La peor lucha es la que no se hace"

- Karl Marx.

—¡Explíquenme lo que está pasando! —exigió Alix con notoria molesta en su voz y sus gestos faciales, tenía el ceño fruncido y le enviaba una mirada de muerte a Chat Noir mientras lo sujetaba del cuello de su traje

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—¡Explíquenme lo que está pasando! —exigió Alix con notoria molesta en su voz y sus gestos faciales, tenía el ceño fruncido y le enviaba una mirada de muerte a Chat Noir mientras lo sujetaba del cuello de su traje.

—Lo haría, pero no me dejas... respirar —susurró el rubio quedándose sin aire y sintiendo el cascabel de su traje empujando su notoria nuez contra su laringe.

—Vas a terminar matando al gato, te arrestarán por maltrato animal —añadió Venom, observando la escena con una sonrisa burlona en su boca de dientes afilados.

—No es lo único por lo que deberían arrestarme —mencionó Alix, desviando la mirada hacia el simbionte, aunque estuviera nerviosa estaba decidida a no mostrarlo, no volvería a mostrar debilidad jamás.

—Oh, así que alguien es una chica mala —balbuceó Chat, sonriendo levemente antes de volver a sacar la lengua como muerto en busca de aire debido al fuerte agarre de la fémina.

—¡Voy a golpearte tan fuerte que vomitarás seis bolas de pelo diferentes! —le gritó Alix en la cara, asustando a Chat Noir y erizándole el vello de la nuca, pues la mirada decidida de la adolescente le aseguró de que hablaba en serio.

—¡Pero no he lamido tanto pelo! Bueno, quizá dos o tres... ¡Pero fue por instinto! —exclamó el rubio con arrepentimiento, recordando el momento en el que se dejó llevar por primera vez y le lamió el cabello a Nathalie al quedarse dormida mientras veían una película juntos.

Cabe aclarar que se enojó por eso, pues estaban repitiendo un maratón de películas familiares que vio por última vez a los diez años. Sin embargo, no duró mucho, apenas seis horas en las que lo peor que hizo, fue ignorar un llamado de Nathalie.

Sus castigos eran como la ley del hielo, multiplicada por seis y elevada a la décima potencia.

—Ja, ja, ja, así que de verdad lamiste pelo —se burló Venom, abrazándose el estómago mientras se carcajeaba con entusiasmo, sin duda estaba disfrutando el momento.

Se habían terminado moviendo a una tienda abandonada a cinco minutos del lugar donde hicieron gato aplanado.

Entraron por la ventana sin causar mucho revuelo, y gracias a lo lejos que llegaron por el golpe del simbionte al gato, los agentes que perseguían a Venom quedaron en una azotea, pensando el sentido de la vida y su inmediato despido.

Simbionte en París | Miraculous - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora