Avance II | Arco II - Festival de Locuras

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Bien, tenía ganas de subir esto, para explicar un poco las cosas, el segundo arco al ser el más largo, se divide en varias partes con conflictos diferentes, aunque al final de todo se ve el conflicto general que se ha ido construyendo entre estas.

Sin nada más que decir, les dejo con el avance, tómenlo como un trailer:

—¡¿Por qué estamos haciendo esto?!

—¡No lo sé!

—¡Era obvio que no debimos hacerte caso!

—¡Ustedes votaron, no se anden quejando!

Una ráfaga de nieve pasó por encima de Adrien y explotó la tienda que se hallaba detrás, dejando a todos tan blancos como el papel y provocando un carraspeo en el rubio para llamar la atención.

—Como decía... ¡¿Por qué estamos haciendo esto?! —exclamó el rubio, observando a la figura akumatizada al frente, elevándose sobre una montaña de nieve y creando una ráfaga con tan solo mover sus manos.

—Porque dijiste que la carrera era aburrida —le respondió Alix, tragando saliva y llevándose una mano al bolsillo para palpar su reloj.

—Debimos seguir viendo, de verdad quería ver quién ganaba —agregó Nino, bajando los hombros.

—Le apostaste, ¿cierto? —cuestionó Nath, mirando de reojo al moreno.

—Ay, viejo, por supuesto que lo hice.

—Mal hecho —corrigió el pelirrojo, aguantándose los gestos para evitar que estos lo delatasen, el también apostó después de todo.

—¿Crees que puedan aplazarnos la pasantía? —preguntó Adrien, alzando la mirada mientras la montaña de nieve se iba haciendo cada vez más alta.

—El Señor Osborn nos va a matar —concluyó el pelirrojo, jadeando del frío que poco a poco comenzaba a afectar al grupo.

—Nath, ¿tu otro padre no sabrá de algo? —intentó sonsacarle Juleka, apegándose a él y recibiendo un abrazo de parte del pelirrojo para calmarla.

—No lo sé, podría preguntarle, pero si se entera que fue nuestra culpa...

—Yo estaba dormido, no cuento —interrumpió el rubio.

—Si se entera que fue mi culpa por jugar con la máquina de Oscorp, estoy acabado —se corrigió y suspiró el pelirrojo, revolviéndose su cabello y desatándolo sin querer.

—Chicos, ¿qué hacía esa máquina? —pronunció Alix al ver que el villano de aquel día cargaba en su mano una esfera brillante rodeada de hielo y nieve.

—Supuestamente era del señor Richards, y planeaba teletransportar objetos —explicó Nathaniel, algo avergonzado al mencionar aquel invento—. Pero, creo que trajimos a alguien de una dimensión paralela...

—¡¿Qué hicieron qué?!

—¡Adrien toqueteó la máquina primero! —se defendió el pelirrojo.

—Claro, de todo este grupo de amigos, culpa al rubio —expresó Adrien, cruzándose de brazos.

—Oye, siguiendo esa lógica, debí culpar a Nino —señaló el pelirrojo—. Sin ofender.

—Tranquilo, viejo —respondió Nino sin preocupaciones, ajustándose los lentes y observando al villano a punto de lanzar el ataque.

—¿Por qué debiste culpar a Nino? —preguntó Juleka con curiosidad, intentando acurrucarse en el pecho del pelirrojo.

—Eso, mi querida gatita, es porque en todo grupo de amigos, siempre se cumplen una serie de reglas —decidió explicar Adrien, haciendo que las mejillas de Juleka se tiñeran de rojo por la forma en el que la llamó, aunque sabía que este Adrien era más sinvergüenza que el anterior.

Simbionte en París | Miraculous - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora