Algo pico su mejilla, sacudió su mano alejando lo que fuera y volvió a dormir. Escucho que decían su nombre, pero no quería despertar. Estaba segura que era muy temprano.
—Largo...
Frunció el ceño. Ahora tocaron su nariz.
—¡¿Que?! —se levantó de golpe abriendo los ojos. Lucifer retrocedió.
—Buenos días, cariño...
—Lucifer —acaricio su sien, volvió a recostarse— ¿Que sucede? Es muy temprano...
—¿Si? Es que te tengo un regalo...
El Morningstar sonrío, su pareja se había levantado otra vez y está vez con una sonrisa. Adoraba los regalos.
—Dime que es, dime que es, dime que es.
—Calma —el rubio se sentó a su lado, tenía ambos brazos en su espalda—. Cierra tus ojos.
—Si los cierro volveré a dormir. ¡Ya dime!
—Bien, bien. —sonrío. A veces su novia era algo infantil, pero quien no— ¡Ta ra!
Daisy bajo la mirada a sus manos. Un brillo apareció en sus ojos azules, abrió su boca de la sorpresa.
—¡Nuevos zapatos! ¿Que te parecen?
—Lucifer... ¡Son hermosos! —la chica sujeto su nuevo calzado y los abrazo.
—¿Que esperas? Pruebatelos.
La rubia brinco de la emoción, corrió por su ropa y entró a su baño personal que se unía a la habitación.
Mientras esperaba, Lucifer arreglo un poco la cama de su novia.—¿Como me quedan?
El Rey del Infierno dio la vuelta. La chica posaba en frente suyo esperando una respuesta.
—Hm —puso una mano bajo su barbilla—. No, no combinan. Quitatelos.
—¿Que? ¡No! —se agacho y abrazo sus piernas— Son un regalo, me los quedaré.
—No. Te haré otros mejores, devuelve los zapatos.
Daisy infló sus mejilla. Mantuvo su postura otro rato. Lucifer se acercó a ella, intento tomar los zapatos, pero ella le gruñó, como un perro evitando que le quiten su hueso.
—¡Bien! —alzó sus brazos— Puedes conservarlos...
—¿De verdad? —él asintió— ¡Gracias! Debemos estrenarlos.
—¿Quieres dar una vuelta?
—No. —mostró una pequeña sonrisa. Volvió a ponerse de pie y camino hasta el rubio.
—¿Entonces? Oh... Seguro quieres salir con tu amigo, ¿como se llamaba? ¿Angul Dast?
—Es Angel Dust y no. Implica estar desnudos y sobre la cama. Pero las botas seguirán en mis pies.
Lucifer parpadeo tres veces. Sonrío mostrando sus colmillos. Tiro de su brazo, cayendo ambos sobre la cama de la chica.
—Pequeña pervetida...
—Mira quien habla.
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Ángel caído || Lucifer Morningstar [Corrigiendo]
Random¿Cielo o Infierno? Prefería quedarse en donde debía estar. Con él.