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Ella sentía que pasaban horas. Pero realmente fueron minutos, y muy pocos. El exterminio recién empezaba, y ella quería dormir en su suave cama.

Otro corte en su pierna la hizo perder el equilibrio. Lanzó un florero con el rostro del exorcista, seguido de un golpe de su parte. Busco la lanza con la mirada, corrió hasta ella y la empuño.

-Realmente... no puedo esperar a arrancarte la cabeza.

-¿Si? Pues no puedes. Lucifer ama mi rostro, no te diré en que formas porque es privado. Y tampoco te daré el gusto de saberlo.

-¡Eres una idiota! ¡¿Crees que quiero saber tu maldita intimidad?!

-Bueno. Tu cara dice que jamás te dieron, tu sabes. Pareces necesitaba.

El rostro de la exorcista se enrojecio. Apretó los dientes, extendió su alas y voló hasta la rubia. Ambas batallador en medio del aire, Daisy giro los papeles y la exorcista fue estrellada con el suelo.

-¡AH!

Otra de ellas había enterrado su lanza en su pierna. Mordió su labio, hasta el punto de hacerlo sangrar. Dolía como el diablo. Quito el filo de su interior sin pensarlo, liberando otro grito.

Lanzó el arma hasta la mujer, pero ella la sujeto en sus manos. Sintió un golpe en su pómulo que la derribo, el cansancio empezaba a ganarle.

Quería cerrar sus ojos. Estaba cansada.

-No, no, no. No caigas, debes... resistir... Puedes con esto, Daisy.

Elevo la cabeza. Ambas exorcistas estabas frente a ellas. Portaban sus lanzas celestiales nuevamente.
Intento ponerse en pie, pero la herida en su pierna lo evito. Opto por retroceder arrastrando su cuerpo, se sentía débil.

¿Hasta aquí llego?

-Mírate. Si súplicas quizá te dejemos vivir.

-¿Suplicar? Jamás. Prefiero morir a bajarme a ese nivel.

Escupió bajo sus pies. Sostuvo su estómago y empezó a reir.

-Se creen mucho por ser exorcistas, creen que pueden bajar aquí, asesinar a demonios como si nada, volver allí arriba y actuar como si nada pasara -con sus últimas fuerzas logro levantarse-. No lo entiendo, ¿como pueden vivir así?

Tosió. Vio su sangre sobre la palma de su mano, sus dedos temblaron. Pero mantuvo su postura.

-Ellos hicieron mal en su vida y por eso terminan aquí. Pero al igual que allí arriba, algunos demonios pueden tener familias.

-¿Familias?

-Ustedes no lo ven porque solo vienen a matar. Y deciden eso porque no saben que más hacer. El verdadero Infierno es allí arriba, podrá haber colores brillantes, cantar todo lo que quieran, seguir las reglas estúpidas. Pero ustedes están sucios. Sus almas son negras.

Daisy apoyo su espalda con la pared detrás suya.

-Así que si. Elegiría mil veces vivir aquí en el Infierno que allí arriba con ustedes. Este lugar no es perfecto, pero nada lo es. Aquí conseguí lo que en mi vida jamás tuve...

Unas lagrimas comenzaron a bajar por sus mejillas. Empezó a tener su visión borrosa.

-Consegui un familia. Verdaderos amigos, quizá ninguno sea perfecto. Pero son unidos, se cuidan entre ellos, se apoyan. Este es el Infierno y estoy contenta de vivir en el... porque obtuve una gran familia.

Finalmente la sangre dorada se esparció por todo el suelo. Cabeceo, sus ojos vieron por última vez a las dos exorcistas con las lanzas sobre ella.

-Lucifer... De verdad, lo lamento...








Ángel caído || Lucifer Morningstar [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora